Convocada una nueva huelga general para el 14 de Noviembre, por CCOO y UGT. Lo que algunos llaman una “Huelga Política”, “una maniobra para minar al gobierno”, “un intento de mantenerse vivos, los cadáveres andantes de los sindicatos”.
Quizá lo triste es que todo eso puede ser cierto. Que la huelga está para tratar de recuperar sus maltrechas bases, estos sindicatos, que se mantienen vivos gracias al propio gobierno que les subvenciona es innegable. Quizá el que el gobierno sea de aquellos que se identifican más fácilmente con “la derecha”, les ayude en ese propósito. Otros sindicatos no tan mayoritarios, intentan ganar su trozo de pastel saliendo en la foto, como la CGT, que traslada su jornada de huelga del 31 de Octubre, y aquellos que intentan imitar a esa CGT, ávida de ser la tercera fuerza sindical, aunque en este panorama, legalmente incluso, tres son multitud. Para nosotros, más de lo mismo. Mismo modelo sindical de los sindicatos “chicos” que el de los “grandes”. Un modelo sindical basado en que los trabajadores (y estudiantes) deleguemos y/o entreguemos nuestra capacidad de acción y responsabilidad en solventar nuestros problemas en profesionales del sindicalismo, o sea, liberados sindicales, comités de empresa…etc. Figuras creadas por el Estado para restar peso, cuando no eliminar completamente, la capacidad de autoorganización y acción directa de los trabajadores. Creemos que el sindicalismo puede ser una herramienta de lucha válida para los trabajadores y estudiantes, siempre que no sea partícipe en las estructuras jerárquicas de poder: liberados y comités de empresa en los curros y consejos escolares y juntas de facultad en escuelas y universidades. Que sean los trabajadores y estudiantes desde la horizontalidad y el asamblearismo los que tomen las riendas de la lucha, es decir, mediante la acción directa. Por eso, os animamos a acudir a la manifestación del sindicato anarcosindicalista CNT-AIT, a las 18:00 en Vallekas, <M> Buenos Aires hasta la Pza. Vieja.
En una época en que los trabajadores, en especial los más jóvenes (asalariados y/o estudiantes), lo estamos pasando realmente mal, y pese a la aparente contestación que ha podido empezar a surgir en las calles, no ha habido ninguna posibilidad, hasta ahora, de cambiar un ápice las cosas, ni siquiera de parar los desmanes que estamos sufriendo de mano de quienes nos intentan gobernar. No hemos podido echar a esos malditos “mercados” de la vida política, ni siquiera las reformas democráticas más mínimas en un tiempo en que la clase política está más desprestigiada que nunca, en que todo el mundo puede identificar la palabra política con corrupción. Pero falta dar un paso. Pese a que cualquiera puede ver que la policía tiene prácticas a todas luces brutales, de la cual, se puede esperar lo peor, la gente sigue levantando las manos como para poner cristianamente la otra mejilla. Una y otra vez ponemos la otra mejilla. Y ya no nos queda cara.
Con una tasa de paro juvenil de más del 50%, y con una de cada cuatro personas que está en paro, sin una salida a esta situación dramática en años, mientras desaparecen los servicios “públicos-estatales” y se encarece el transporte, o sea, que vivimos peor y pagando más. Y lo más parecido a una respuesta real y seria que tenemos es una huelga general el día 14 “para frenar los recortes”, una huelga general de 24 horas que ni siquiera merece el nombre de huelga. Una reacción desproporcionada, cuando con la que está cayendo, con casi nada que perder, salvo el miedo (ya se encargará el banco que quitar la casa a cualquiera que se quede en paro y no pueda pagar la hipoteca, cuando no tengan ni para comer), deberíamos estar mandando a la mierda a los mercados, a la prima de riesgo, a “La Troika”, a los rescates, al gobierno, a los sindicatos que viven de subvenciones, y a todo el que se ponga por delante de cualquier cosa que queramos.
Hace años, cuando las cosas estaban aparentemente mejor, había gente que estábamos ya diciendo que el gobierno es malo, que el poder es sinónimo de corrupción, que el estado y el capitalismo nos exprimen y antes o después nos matan, porque para ellos sólo somos mercancía. Llevamos años diciendo que es necesario que nos organicemos para intentar hacer un mundo mejor, en lugar de poner la otra mejilla. Algunos de nosotros además, queremos decir que es necesario que estemos todos y todas en los piquetes, que incluso un sólo día de descuento en el salario es un mal menor frente a la que nos está cayendo (y lo que se avecina), que el despido el día 15 es tan probable como el despido por otras motivaciones económicas. Que si ganamos fuerza el día 14, el día 15, y el 16, y en adelante podremos pedir más, hasta darle la vuelta a la tortilla, porque no nos engañemos, lo que nos va haciendo falta es una huelga indefinida, de verdad, sin medias tintas, porque la huelga no es un derecho, hoy es una obligación.
Porque nosotros no queremos “revertir” la situación: no nos vale con volver a los años de explotación y sumisión de la etapa “precrisis”. Porque señalamos al Estado y al Capital como enemigos acérrimos de toda forma de vida en libertad, igualdad y solidaridad. Porque mientras exista autoridad, existirá desigualdad entre gobernados y gobernantes; explotadores y explotados. Porque queremos destruir la sociedad de clases, construida por el Estado, el Capital y sus valores. Porque aspiramos a un mundo completamente nuevo. Por la anarquía.
El 14N, no vayas a trabajar ni a estudiar. Piquetes, sabotajes, boicot, solidaridad: sembremos el caos y golpeemos el “orden” de políticos y empresarios que nos arranca la vida cotidianamente. El 14N y todos los días: autoorganización y acción directa.
Por la Huelga Indefinida.