VÍDEO HOMENAJE A DELGADO Y GRANADO

Aquí os dejamos un vídeo (puedes descargarlo aquí) que hemos hecho en homenaje a Delgado y Granado, dos miembros de Juventudes Libertarias asesinados durante el franquismo, a propósito de las Jornadas de Memoria Histórica que tendremos este 15 de mayo.

Os dejamos el cartel de las jornadas para que os paséis.

¡Salud y fuerza a lxs que luchan!

¡Solidaridad y apoyo mutuo!

No dejaremos que nuestrxs muertxs se conviertan en una imagen folclórica manipulada por el sistema, ¡MUERTE AL ESTADO Y VIVA LA ANARQUÍA!

 

cartel final

Jornadas por la Memoria Histórica Anarquista (Mayo-Carabanchel)

Domingo 15 de mayo

Homenaje a Delgado y Granado

12 H.- <M> Aluche. Junto a la antigua carcel de Carabanchel

Un 18 de agosto de 1963 son asesinados en el penal de Carabanchel Francisco Granado Data y Joaquín Delgado Martínez. Miembros de Juventudes Libertarias y la Confederación Nacional del Trabajo. Formaban parte de una nueva generación de anarquistas que había decidido plantarle cara al franquismo. La memoria de su asesinato por el régimen franquista, más allá de su inocencia o culpabilidad a ojos del aparato legal del Estado, viene a ser una homenaje a todos aquellos y aquellas que decidieron luchar contra la tiranía de su tiempo, con todas las armas y formas a su alcance.

Este pequeño acto homenaje consistirá en una ofrenda floral a los compañeros y unas breves palabras en su memoria. Memoria centrada en Granado y Delgado como simples coordenadas de todo un movimiento anarquista que sufrió la cárcel, la represión y hasta la muerte, antes, durante y, por supuesto, después de la muerte del dictador.”
Charla: el anarquismo durante el periodo franquista

17H. – CSO La Gatonera, calle Valentín Llaguno, 32, <M> Oporto

En 1939 se instaura la dictadura Franquista. El mundo libertario está arrasado, y sus militantes muertos, encarelados o en el exilio. Luego llega la segunda guerra mundial. Franco se mantiene en el poder. Rápidamente, mientras los anarquistas van saliendo de las cárceles y asentándose en el exilio, empieza la resistencia: surge la guerrilla antifranquista, que en el caso de los anarquistas será tanto urbana como rural. La lucha es atroz y desigual. En los sesenta cae el último guerrillero de una generación que para 1957 ya estaba exterminada, pero en los sesenta, al calor de las protestas internacionales, estudiantiles y contra la guerra, surge una nueva generación que no estará dispuesta a ponérselo fácil al franquismo. Esta generación de anarquistas tomará el relevo y continuará la lucha hasta llegada la democracia en 1978… y más allá. Esta es la historia de una lucha anarquista contra una dictadura.”

cartel final

Escuela, despensa y siete llaves al sepulcro de pestaña

Nuestro Grupo, tras la lectura del texto del compañero, no pudo en su día evitar la necesidad de elaborar una respuesta crítica con el citado artículo. Al final no lo publicamos en ningún sitio por ninguna razón en especial. Sin embargo, algunas cosas dichas en el texto del compañero merecían una respuesta, dada las alusiones a nuestra Organización Juvenil y en general otra serie de aspectos. Tras revisarlo, corregirlo y actualizar algunas cosas, nos animamos a publicarlo, siempre buscando el debate entre las partes, con el fin de fortalecer la formación ideológica de los lectores fundamentada en el intercambio de ideas entre anarquistas. Vamos a ello.

En primer lugar, manifestar que nada más leer el primer párrafo el artículo nos transmitió cierta desconfianza. Desconfianza, basada en comparar la necesidad de revisar ciertas actitudes del anarquismo ibérico con el regeneracionismo burgués de principios de Siglo XX. Ejemplificar la propuesta a transmitir con la misma fórmula aplicada al movimiento anarquista y al contexto actual supone necesariamente aceptar la lógica burguesa de Joaquín Costa, acérrimo enemigo de todo lo que tenga que ver con lo libertario.

A pesar de todo, hemos decidido emplear el mismo título con un pequeño cambio, para hacer referencia al artículo al que pretendemos dar respuesta. Bien, ya metiéndonos en materia, en el primer párrafo del que se habla de las distintas ramas del movimiento libertario y de su poderío en los años treinta, observamos una importante omisión en la tarea de estas organizaciones, en concreto a las FIJL y a la FAI. Aparte del lógico trabajo que a las organizaciones específicas anarquistas les corresponde, que es la difusión del anarquismo a la sociedad y la autoformación de sus integrantes, estas organizaciones tenían otra labor, no menos importante. Hablamos del combate de la influencia reformista y/o marxista en el seno del Movimiento Libertario. Y no estamos hablando de un combate a través de erigirse como vanguardia o controlando las asambleas de la central anarcosindicalista, tal y como los historiadores burgueses o reformistas se empeñan en afirmar. Nos referimos a un combate basado en el ejemplo de integridad y coherencia que los miembros de las organizaciones específicas resultaban para el resto de los compañeros, a la par, de una inmensa obra de difusión anarquista en los ateneos y sindicatos. La FIJL además, desarrollaba un importante papel en la autoformación anarquista entre sus jóvenes miembros, haciendo del aprendizaje en la juventud una tarea colectiva.

En los primeros 30 años del siglo XX, dentro del movimiento libertario se dieron diversas tendencias, que habitualmente chocaban entre sí. Los “posibilistas”, “reformistas” o “sindicalistas” frente a los “anarquistas” o “faistas” (a pesar de que una amplia mayoría de ellos no eran miembros de la FAI). A grandes rasgos, la lucha de las tendencias se centralizaba en la CNT. Unos defendían que esta debía de centrarse en lo meramente sindical, integrarse en los mecanismos del sistema (especialmente durante la República) y en una colaboración con el resto de fuerzas izquierdistas, haciendo de la idea de la revolución una aspiración filosófica y secundaria. Dentro de esta tendencia incluimos a importantes figuras, firmantes del famoso y conocido manifiesto de los 30 con Pestaña a la cabeza. Los otros, consideraban que la lucha sindical era un medio mediante el cual la clase obrera debía fortalecerse a través de la lucha y la acción directa  y su principal objetivo era la culminación de una revolución social libertaria que acabara con el régimen estatal-capistalista.

El tiempo puso a cada uno en su lugar. Angel Pestaña, máximo representante de la facción “posibilista” o “sindicalista” acabó por romper definitivamente con el anarquismo, y formó un partido político, el Partido Sindicalista. Muchos otros firmantes del manifiesto de los 30 fueron importantes actores en la labor contrarrevolucionaria del año 37 realizada por el Gobierno de unidad popular y los distintos comités de las organizaciones libertarias.

Las organizaciones específicas y el resto de anarquistas fueron derrotadas no en el año 39, tal y como dice el texto al que contestamos, sino en el año 37 con la contrarrevolución, fruto del abandono de los postulados anarquistas de importantes miembros del ML y la consiguiente represión a los elementos revolucionarios. La FAI fue copada por aspirantes a políticos y la FIJL, tras resistir a un intento burocratización interna, sufrió la represión y el asesinato de muchos de sus miembros a manos de los estalinistas. El colaboracionismo y la entrada en el Gobierno republicano supusieron la derrota del anarquismo y de la revolución social. El fascismo triunfante solo fue la puntilla.

El texto del compañero Yeray no menciona la etapa del exilio y la clandestinidad, para nada exenta de choques de tendencias y otras turbulencias internas en el seno del ML y pasa de puntillas por la reestructuración de las organizaciones libertarias tras el cambio de régimen. Nos parece un análisis simplista afirmar que, “con todo, sobrevivimos al franquismo. La CNT daba en el 77 un mitin en Montjuic al que acudieron varios centenares de miles de personas. Tras ello, el desastre, la fragmentación y el desmoronamiento del movimiento libertario”, en un texto que pretende analizar las causas de la debilidad del movimiento libertario en la actualidad y los errores cometidos en las últimas décadas.

Convendría señalar, y ahondar en las causas de por qué un ML que parecía resurgir de sus cenizas acabó estrellándose. No vamos a profundizar demasiado en el asunto, pues a nuestro texto no le corresponde. Pero desde luego convendría preguntarse por qué bajo excusas de “actualizar el anarquismo a los tiempos que corren” o “poner los pies en la tierra”(i) una minoría pretendió institucionalizar el Movimiento Libertario, haciéndole partícipe en los mecanismos de integración del sistema (elecciones sindicales, subvenciones…) vuelven a resurgir, nuevamente, en el seno del Movimiento Libertario. Lo dejamos para reflexiones futuras.
Pasamos a continuación, a responder desde nuestro punto de vista, las tres cuestiones que el texto de Yeray aborda:

Escuela

Es cierto lo que comenta el compañero sobre la falta de formación en aspectos básicos del anarquismo entre la militancia del ML, en su más amplio espectro -nos referimos a todo el conjunto de los anarquistas del Estado español más allá de las tres ramas “clásicas” del ML-.
La coherencia entre medios y fines, principal rasgo de la honestidad que ha caracterizado a los anarquistas en el transcurrir de los siglos parece ser tratado ahora como “losa ideológica”. Nos sorprende ver a compañeros que rebajan su discurso, lo adaptan a términos asumibles por la “inculta plebe” y actúan como auténticos políticos. ¿Se debe a esto a falta de formación? ¿Es un desconocimiento que la ideología anarquista no es un disfraz con el que vestirse, sino una realidad aquí y ahora, una ideología pragmática que encuentra su sentido en la inmediata puesta en práctica de sus postulados “Horizontalidad, antiautoristarismo, integridad, antidelegacionismo, antiparlamentarismo, humildad, coherencia”?

Por otro lado, las cuestiones organizativas son las que creemos que más falta y urgencia le hacen al movimiento libertario. Seguimos enfrascados en debates repetitivos en torno al modelo organizativo. Un concepto tan básico como el federalismo, por ejemplo, es en muchas ocasiones completamente desconocido o malinterpretado. Es muy difícil crear así un tejido asociativo fuerte que trascienda de meros contactos informales, con el cual plantear una alternativa seria y fuerte al actual régimen de barbarie. Los proyectos crecen y se desmoronan por doquier, quedando poco o nada de esa experiencia colectiva.

Desde luego, una buena formación en aspectos básicos del anarquismo y su puesta en marcha es necesaria (como decimos, no valen NADA si no son ejecutados desde ya, careciendo de todo sentido). Un buen repaso a los “clásicos” no estaría de más, siempre partiendo de la base, de que los “clásicos” no son gurús a los cuales adorar, sino compañeros que gracias a su capacidad sintética, lograban plasmar en papel diversos aspectos de una ideología como la anarquista emanada de la acción de las masas populares. Igual de importante vemos, la necesidad de formación con respecto a la historia del movimiento anarquista. Los aciertos y errores del pasado de nuestro movimiento deben servirnos como referencia para la construcción de un proyecto de transformación social que no vuelva a tropezar dos veces con la misma piedra.

En cualquier caso, lo que urge, además de conocerlas, es darle vida a las ideas-fuerza anarquistas. Ponerlas en práctica ya y ahora y dejar de preocuparse tanto por las “modas” de los movimientos sociales y estar al arrastre de los vaivenes del batiburrillo de sopas de letras de organizaciones marxistas y/o ciudadanistas.

Con respecto a las críticas que el compañero realiza hacia autores como Rodrigo Mora, no vamos a ahondar, ni en sus facetas criticables ni en sus aspectos positivos. Pero desde luego convendría preguntarse, por qué escritores no anarquistas, como Félix Rodrigo Mora, tienen que ser en la actualidad autores que resalten la importancia de la ética en el movimiento revolucionario.

Sin embargo, sí tenemos un pero a este apartado del artículo del compañero. Es falso que en los últimos 30 años el ML no haya pretendido realizar trabajo de formación a sus militantes. Han existido (y existen) diversos proyectos como centros sociales, ateneos y organizaciones que pretendieron ofrecer espacios de formación colectiva y recíproca. Que los proyectos no lograrán tener la repercusión que deseaban no significa que no se hayan dado.

Sin despreciar los muchos proyectos que hubo, mencionaremos brevemente un proyecto que tuvo mucho que ver con la juventud: la FIJL de los años 90 y principios de la década del 2000. Las juventudes de estos años lograron formalizar un proyecto de formación conjunta para cientos de jóvenes anarquistas, logrando alcanzar un nivel de formación que por el contacto mantenido por nuestra parte con antiguos miembros de las “julis” y la lectura de sus materiales, fue bastante más que satisfactorio. En como acabó, y en que derivó aquello (al igual que tantos otros proyectos) no corresponde a este artículo, que ya se está alargando demasiado. Pero desde luego, convendría profundizar en la interesante historia de estos viejos compañeros y encontraremos una jugosa fuente formativa que ayudaría a entender ciertas cuestiones actuales.

Despensa

Del primer párrafo de este apartado no tenemos nada que objetar. Es a partir de entonces cuando el artículo empieza a decir una serie de, a nuestro entender, despropósitos.

En referencia a las organizaciones del ML y su reconstrucción, el compañero comenta: cometieron un error que, considero, las ha condenado. Y es que el anarquismo español, tras perder a sus bases, quedando solo sus elementos más comprometidos. Intentó reconstruirse desde arria hacia abajo, al contrario de cómo corresponde al federalismo anarquista. ¿Cómo puede reconstruirse una organización anarquista sin estructura jerárquica ni vertical desde arriba? El federalismo anarquista tiene la característica de ser especialmente sencillo y necesitar de pocas complicaciones: un pacto asociativo e individuos interesados en aceptarlo libremente. Así se reconstruyeron en los 70 las organizaciones libertarias y así se reconstruyó el proyecto de las Juventudes hará unos años. Varios grupos de jóvenes sintieron la necesidad de realizar acción propagandística específica anarquista, y decidieron dotarse de las herramientas de acción y de crecimiento que una estructura federalista les podía otorgar. ¿Cómo puede haber rastro de verticalidad en este proceso?
El entramado de una organización federalista anarquista crece acorde sus miembros sienten la necesidad, bien por utilidad o funcionalidad, o bien porque debido al crecimiento, necesitan aumentar su estructura. ¿Es esto una forma organizativa compleja? ¿Es complejo el que varios grupos se junten y decidan dotarse de un pacto asociativo y crear una organización fuerte, que permita ser un referente del anarquismo a la sociedad? Animamos al compañero a indagar sobre cómo nos organizamos federalmente como FIJL, y si esto supone una estructura compleja, kafkiana, enredosa o burocrática.

Dice el compañero que es necesario crear “escuela”. Eso hacemos con nuestra organización, manteniendo contacto que genera debate, que genera a su vez formación, de la que se desprende una acción anarquista en las calles coordinada a nivel estatal, con un referente claro a ojos de la juventud y de la clase trabajadora en general. Crear Organización es necesario para el ML como espacio de formación y almacenamiento de experiencias colectivas de lucha anarquista. El federalismo anarquista es por tanto válido para bases multitudinarias o para un puñado de individuos conscientes. El federalismo anarquista es poner en práctica, aquí y ahora, como decíamos anteriormente, las ideas anarquistas, ponerlas en acción. No vamos a esperar a ser “masas”, lo haremos con las fuerzas que contemos, sean muchas o pocas.

¿Que hay Sindicatos de CNT mantenidos por grupos de la FIJA (ahora FIJL), de la FAI o por otros anarquistas?(ii) Pues eso no lo sabemos, porque somos el Grupo Bandera Negra de la FIJL y no corresponde a nosotros confirmar o desmentir tales afirmaciones. Lo que sí preguntamos es qué hay de extraño, que en una sociedad desmovilizada, sean los compañeros comprometidos ideológicamente los que mantengan los locales de CNT abiertos para los trabajadores, impregnen las calles de su ciudad de propaganda, y tengan un nivel militante que ya quisieran otros organizaciones con subvenciones y liberados. ¿Insinúa acaso el compañero que los anarquistas no queremos crecer en nivel de militancia? ¿O es que el compañero valora más tener 200 afiliados que utilicen el Sindicato como una gestora de servicios, pero luego a la hora de militar se sean apenas 10 personas? CCOO y UGT convocan a centenares de miles y sus sedes atienden a centenares de trabajadores diariamente. ¿Eso es a lo qué aspira el compañero?

Nosotros apostamos por un crecimiento real, con unas bases fuertes ideológicas, desde las cuales crecer con el trabajo constante en el día a día. Bases fuertes para evitar crear un gigante con pies de barro, que acabe derrumbándose como aconteció en la etapa de la transición.
Los conflictos en el movimiento libertario no lo originan sus estructuras (al menos no exclusivamente), sino la lucha ideológica entre distintas tendencias. Esto en sí mismo no es malo, el problema reside cuando esta lucha torna en corruptelas y se acaba convirtiendo en un esperpéntico juego de política al más puro estilo del parlamentarismo burgués. Y que quede claro que no solo nos referimos al ML “clásico” sino que esta crítica es extensible a ciertas actitudes del movimiento anarquista en tierras ibéricas(iii).

Abrir las puertas al futuro suena muy bien. Pero no nos parece un argumento bien construido. ¿Qué concepción de futuro tiene el compañero? ¿Aceptar subvenciones del Estado? ¿Salir a la calle conjuntamente con partidos políticos que solo quieren rédito electoral? ¿Renunciar a la ética y la coherencia entre fines y medios como siempre ha propugnado el anarquismo? ¿Vestir como los modelos de la tele para ser más cool?

Siete llaves al sepulcro de Pestaña

Si el compañero ve necesario “cerrar el sepulcro” de Buenaventura Durruti, por nosotros encantados. Estamos hartos de que muchos miembros del Movimiento Libertario hagan bandera y proselitismo de tiempos y revoluciones pasadas y, ahora, su acción revolucionaria se queda en los butacones de los locales. Hartos estamos de ver como nuestro pasado y nuestros muertos son utilizados y recuperados por anarco-burócratas y/o el propio sistema y sus lacayos (sindicatos, partidos políticos marxistoides o incluso, ¡Jueces!).

Ahora bien, puestos a sellar ataúdes, cerrémoslos todos. Empezando por aquellos que pretenden hacer del anarquismo un movimiento izquierdista, integrado en las estructuras del sistema (o en la ideología del sistema). Si el Pestañismo y el manifiesto de los 30 fue una reacción a la radicalización del movimiento libertario y de sus bases, es hora de que lo enterremos de una vez por todas. Paremos el vacío de contenido ideológico de nuestras luchas. Desterremos de una vez por todas al posibilismo que causó la derrota de la revolución social en el pasado y que ha amenazado con anular el anarquismo como idea revolucionaria. Acabemos con los mitos de la ortodoxia y el reformismo.

Nosotros, como jóvenes anarquistas, no queremos un anarquismo que para dejar de ser “marginal”, renuncie a sus principios y praxis revolucionaria. No queremos un movimiento libertario que sea más de lo mismo. Estamos hartos de oír hablar de acción directa y comprobar como esta se relega acudir a abogados, pleitos y la justicia burguesa en definitiva. Estamos hartos de oír hablar de antiparlamentarismo e ir de la mano de partidos y sindicatos electoralistas. Estamos hartos de oír hablar revolución y encontrarnos que esta ha quedado relegada a una exposición realizada en los salones del espectáculo cultural burgués. Estamos hartos de escuchar a compañeros que hablan de llegar a la gente y de la propaganda como si la concienciación ideológica fuera un producto más de la sociedad de consumo, al que llegar a través de la manipulación, más propio de la publicidad destinada al pasivo consumidor que la propaganda anarquista destinada a individuos con las mismas capacidades humanas que nosotros.

Estamos hartos también,  en tanto jóvenes, de aguantar la tutela de supuestos “compañeros” veteranos en la lucha. Nos asquea el adultismo y el paternalismo que muchos anarquistas, antiautoritarios declarados, estilan con aquellos que somos más jóvenes. El autoritarismo sale a luz de muchas y diversas formas, y a veces somos incapaces de verlo en nosotros mismos.

Estamos hartos de que los principios anarquistas no sean más que puro espectáculo con el que dotarse de un aura de radicalidad vacía de todo contenido real, anulando toda puesta en práctica de los mismos. Porque para nosotros, eso es la muerte del anarquismo. Porque no hay situación, ni momento histórico, ni “crisis” que hagan de la puesta en práctica de los principios anarquistas una tarea secundaria. Nuestra ética, como anarquistas, hace que la mejor propagación del ideal anarquista sea un funcionamiento lo más acorde posible con el mismo.

Es cierto, estamos derrotados y en el suelo. Es hora de hacer autocrítica. Es hora de que, como jóvenes o como no tan jóvenes, nos formemos para luchar contra toda forma de autoridad venga de donde venga. Desterremos la política y la corruptela de nuestras organizaciones. Construyamos un Movimiento Libertario fuerte en sus bases ideológicas, que se convierta en una auténtica amenaza real para el desorden capitalista. Pongamos en práctica los principios anarquistas, y empecemos a dar vida desde el ahora a la sociedad del mañana.

Grupo Bandera Negra, adherido a la FIJL

Notas:

(i) “No pienso aceptar un sindicalismo a tres, CCOO, UGT y CNT, sino un sindicalismo a dos, UGT y CNT, pero para eso, la CNT, debe poner los pies en la tierra y aceptar las elecciones sindicales” Alfonso Guerra (vicepresidente del gobierno 1982-1991) en reunión con José Bondía (Secretario General de CNT-AIT 1979-1983). Este último, unos días antes de la resolución del VI Congreso de CNT-AIT en 1983 con respecto a las elecciones sindicales, suelta un bulo-comunicado a los medios de comunicación afirmando que CNT aceptaba las elecciones sindicales. Bondía acabaría recompensado por su “labor” con distintos cargos oficiales.

(ii) Esperamos que el compañero haya comprobado estas afirmaciones con sus propios ojos y no sea algo de “me lo dijo no sé quién”

(iii) No queremos decir con esto que en todo el ML se den estas repudiables actitudes, claro está.

Publicado originalmente “Regeneración Libertaria”: http://www.regeneracionlibertaria.org

Podéis encontrar el texto al que damos respuestaa través de la web de Regeneración.

Comunicado de disolución de la “antigua” FIJL

Corría el final de la década de los ochenta cuando la FIJL retomó de nuevo su andadura después de años de inactividad. Desde entonces, e incluso desde su origen, diferentes personas y grupos hemos tratado siempre de dar pasos adelante hacia un proceso de lucha y transformación social desde esta Federación. Nuestra organización ha tenido una historia propia, la historia de muchas y muy grandes personas que han dejado su esfuerzo e incluso sus vidas luchando por alcanzar nuestra meta como anarquistas. Nosotr@s hemos tratado de aportar sólo un grano de arena en esta labor.

En el contexto de la influencia de ciertas corrientes “novedosas” en el anarquismo se produjo el golpe de septiembre de 2003. La situación no era fácil, un gobierno desbocado y un movimiento inmerso en una espiral represiva (detenciones y procesamientos en Madrid, Valencia, Asturias, Barcelona, …) y de aislamiento social feroz. Seis de nuestros compañer@s fueron detenid@s y un séptimo huido.

Las causas que influyeron en que la FIJL no pudiera levantarse de aquel golpe ni responder adecuadamente se pueden explicar en parte por ciertas actitudes políticas asumidas desde nuestro propio movimiento (como las que llevaron a parte de éste a una ruptura con las organizaciones clásicas por los sucesos de Córdoba), por la debilidad de nuestra propia organización y en parte también por cierto halo de radicalidad que venía con aquellas corrientes “insurreccionalistas” que habíamos hecho nuestras. El 2003 supuso un paso más en la separación entre anarquistas que aun hoy arrastramos.

Los golpes han conseguido por esta vez que una organización acabe cayendo. Pero no son sólo estos ataques los que nos han llevado a tomar esta decisión, sino también un análisis autocrítico de lo que estábamos haciendo, la separación (territorial y política), la dificultad para encontrarnos (entre otras, por cuestiones de seguridad), la inmersión en otros proyectos, etcétera. Hemos intentado en estos años varias veces volver a poner en marcha la organización, pero nunca lo conseguimos.

Hace ya meses que hemos contactado con grupos de la Federación Ibérica de Juventudes Anarquistas que nos han mostrado su interés por nuestra situación organizativa y, si fuera el caso, por recuperar unas siglas que hace casi diez años no ven la luz.

Por todo esto hemos tomado la decisión de disolver la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias.

La historia de la FIJL es un peso que esperamos no frene a l@s compañer@s si deciden retomar la federación. Cada época es distinta y deseamos con todas nuestras fuerzas que ell@s mism@s forjen su camino como en su día lo intentamos hacer nosotr@s. Tendrán todo nuestro ánimo y apoyo cuando lo necesiten. Es deber de tod@s l@s anarquistas transmitir nuestra experiencia para que la gente que entra a nuestro movimiento no caiga en el folclore y la sinrazón que nos impone el aislamiento. Sin prepotencia y sin evangelizar a nadie debemos explicar lo que se ha hecho, por qué y qué se ha ganado y perdido porque sólo entre tod@s conseguiremos sacar al anarquismo de este impás en el que se atascó hace décadas y que lo hace inaccesible a la mayor parte de la gente e incapaz de responder a la realidad.

Trataremos de hacer una autocrítica y analizar qué hemos hecho como federación desde la última reconstrucción para que tod@s podamos pensar colectivamente los fallos y aciertos de esta forma organizativa y de las líneas que seguimos.

Si el anarquismo quiere volver a tener la fuerza que un día tuvo debe acometer el duro ejercicio de poner en cuestión sus estrategias, discursos y prácticas. Hemos vivido encasillad@s desde hace treinta años y nuestro movimiento no ha hecho más que retroceder. Sólo reinventándonos y reorganizándonos podremos dar un paso al frente. La situación social va a ser cada vez más inestable en los próximos años y, como fuerza revolucionaria, nuestro movimiento y nosotr@s mism@s debemos estar a la altura de los tiempos que vienen.

Por todo esto hemos decidido, como ya anunciábamos antes, dejar las siglas FIJL a aquellos grupos que quieran continuar su historia de lucha anarquista y deseamos tengan el mejor de los ánimos y las firmes convicciones que su labor requiere.

Un fuerte abrazo anarquista a tod@s l@s compañer@s.

¡Viva la anarquía, viva la revolución social!