Panfleto repartido durante la manifestación del pasado 8 de marzo en Madrid:
Últimamente se habla de igualar el número de mujeres y hombres en puestos directivos, en cargos políticos, en la policía e incluso en listas de “millonarios influyentes”. Un discurso que no nos la cuela, pues somos mujeres que mediante el feminismo pretendemos liberarnos, no mantener puestos o estatus que sometan y exploten. Por tanto nos da igual que estos los ocupen mujeres, hombres o personas no binarias, siempre atacarán la libertad y crearán desigualdad. Por ello nos negamos a hacerle el juego a los intereses políticos y económicos que pretenden reconducir nuestra lucha hasta ponerla a su servicio, haciendo que nada cambie.
El 8 de marzo es el día de la mujer, no por casualidad, sino porque a principios del siglo XX en esa fecha fueron asesinadas más de 100 obreras en una fábrica textil estadounidense. Aquellas mujeres decidieron realizar un encierro para protestar contra los bajos salarios y condiciones laborales, por lo que fueron quemadas dentro de la fábrica. Eran mujeres organizadas y fueron reprimidas por saber señalar el origen de sus males. Mujeres como muchas de nosotras que seguimos obligadas a trabajar para sobrevivir, en condiciones que parecen retroceder, con numerosos casos de acoso sexual en el ámbito laboral, viendo como se sigue dando el cobrar menos que los hombres por el mismo trabajo y que se nos carguen encima los cuidados. Así que cuando escuchamos en los medios de comunicación “hacen falta más mujeres en tal sector” que sepan que no nos engañan:
¿Para qué queremos más mujeres jefas? El trabajo mata y consume nuestras vidas. Sus jornadas, condiciones y accidentes laborales son el pan de cada día, así que lo que necesitamos no son más jefas que nos manden y se enriquezcan a costa de nosotras. Lo que necesitamos es autoorganizarnos en nuestros trabajos, más mujeres anarcosindicalistas, que haya sororidad entre obreras, conspirar juntas para emplear el boicot, huelga y sabotaje haciendo que readmitan a nuestras compas despedidas, que nuestra lucha haga que mejoren las condiciones laborales y que además se teja una red de apoyo mutuo hacía la abolición del trabajo.
¿Para qué queremos más mujeres políticas? Ejercer el poder corrompe, someterse a él degrada, por ello no queremos delegar nuestras vidas para que sigan legislando sobre nuestros cuerpos, que nos impongan condiciones de maternidad o aborto según el partido de turno, condiciones de custodia compartida aunque el padre sea un agresor y condiciones de educación que respondan a sus intereses puesto que se nos silencia. Nos da igual que haya más alcaldesas, ministras o que una mujer ocupe el cargo de presidente del gobierno de uno u otro color. Nuestras vidas son nuestras, no queremos dejarlas en manos de nadie, no queremos que se sigan levantando fronteras que impidan la libre circulación de nuestras hermanas y no olvidamos que el Estado y el patriarcado asesinan de la mano.
¿Para qué queremos más mujeres policías? Todo cuerpo represivo trabaja al servicio del poder y reprime en cuanto este y la propiedad privada se ven cuestionadas, manteniendo la desigualdad y ejerciendo violencia. Por ello no queremos que haya más mujeres que desahucien, nos cacheen, nos golpeen, multen y vigilen por ser pobres, por protestar y luchar por la libertad. Queremos que los cuerpos represivos salgan de nuestras vidas, que salgan de nuestros barrios.
¿Para qué queremos más mujeres ricas? Cómo vamos a sentirnos orgullosas de que haya más mujeres en listas de “millonarios influyentes”, si precisamente su riqueza proviene de la explotación y pobreza de otras personas. La riqueza no se alcanza en soledad necesita de todo un sistema que sustente una cima y una amplia base de personas en posición de inferioridad. No sentimos envidia, no queremos ser como ellas, lo que sentimos es la rabia de ver como mientras en los barrios pobres se sufre en los barrios ricos se derrocha.
Por último decir que tampoco queremos a nuestro lado carceleras, militares, juezas, revisoras o cualquier otro ejemplo de sustentadoras del orden y la ley que nos estrangulen, que construyan y den soporte a este mundo de miserias.
¡Queremos ser libres! por ello no queremos ni machismo, ni Estado en nuestras vidas.