Desobedientes…

Toda nuestra vida nos la hemos pasado aguantando que nos digan lo que tenemos que hacer. Nos dicen qué tenemos que pensar, qué tenemos que estudiar, qué tenemos que hacer tras nuestros estudios, con qué debemos divertirnos y con qué no, qué cosas nunca debemos pensar, qué debemos comprar, de quién nos tenemos que enamorar, de quién tenemos que tener miedo… y lo más importante, a quién tenemos que obedecer.

Ser joven para esta sociedad es prepararnos ser dependientes, obedientes, sumisos y conformarnos con el camino marcado. La juventud es también una fuente de riqueza para el capitalismo, un importante sector de la población al que bombardear con mensajes publicitarios y con objetos de consumo con los que intentar atontarnos y borrar nuestras inquietudes. Periodistas, pedagogos, psicólogos y demás charlatanes no dudan en criminalizar a la juventud con sensacionalismo barato, todo con tal de tenernos amordazados y respetuosos con la autoridad vigente.

La familia tradicional es una institución que a través del chantaje emocional, la dependencia económica que de ella tenemos y el reforzamiento de los padres como figura autoritaria hace que vivamos en un régimen de obediencia y sumisión a sus deseos y designios.

En la escuela, el instituto o la universidad, somos instruidos para una vida de obediencia y para ingresar en las filas del trabajo asalariado, para enriquecer a los empresarios. Las alternativas son el paro y la miseria. O vida de mierda en un trabajo de mierda, o vida de mierda en la marginalidad y la carencias más absolutas. Esto es lo que intentan ocultar bajo la fachada de sus distintos modelos de enseñanza, de sus institutos, de sus colegios bilingües y sus “Campus de Excelencia”. El conocimiento y la cultura libre mueren en la enseñanza estatal o privada, sepultada por el peso de los intereses empresariales en la educación, y el adoctrinamiento en los valores autoritarios, competitivos, decálogos del obediente y buen ciudadano.

Nuestro “tiempo libre” ha quedado reducido a “consumo libre”. Todo cuanto podemos hacer para divertirnos es comprar tal o cual aparato nuevo, ir a algún garito a dejarnos las perras por sustancias que nos atonten. La cultura, la música, el deporte, todo nos los venden como una mercancía que comprar o vender, un objeto de consumo más para enriquecer a unos cuantos o una vía de escape, incluso para intentar hacernos “ricos y famosos”.

¿Y qué pasa si lo que vemos no nos gusta? Pues nos dicen que no pasa nada, que cuando tengamos 18 años podremos votar, que tenemos consejos escolares o delegados, juntas de facultad, a los listillos del Sindicato de Estudiantes, los leninistas o los derechones, o demás “pequeños parlamentos” que nos ofrecen las instituciones (porque sirven para lo mismo que el parlamento, para NADA). Nos hacen delegar en ajenos. Nos convierten en seres dependientes, para que necesitemos de políticos o de aspirantes a ello. Al igual que al resto de la población, se nos trata como seres incapaces de solucionar nuestros propios problemas. Nos dicen cómo protestar de forma “pacífica” y respetuosa con aquello que nos oprime. Todo con tal de comprar nuestra obediencia. Estarnos calladitos y no meternos en líos.

Pues nosotros no pensamos seguirles el juego. Somos jóvenes con inquietudes de cambiar la realidad que nos rodea. Pero cambiarla de verdad, no para cambiar de partido político que nos gobierne. Tampoco aspiramos a salir en la tele o a que nos voten. Nosotros luchamos con nuestros iguales de forma asamblearia, donde nadie es más que nadie, sin líderes ni jerarquías. Porque somos anarquistas. Contrariamente a lo que dice el poder y sus voceros, los anarquistas creemos en el orden libremente asumido por las personas, a través de la igualdad y la solidaridad entre iguales. Despreciamos cualquier tipo de autoridad y cualquier tipo de explotación.

Somos las Juventudes Libertarias, jóvenes que nos organizamos sin distinción de sexo o color de la piel. Nuestros enemigos son aquellos que pretenden imponer su voluntad sobre nosotros y nuestros semejantes. Nuestros enemigos son el Capital y el Estado y luchamos por la anarquía.

¡AUTOORGANIZACIÓN, ACCIÓN DIRECTA Y SOLIDARIDAD! ¡DESOBEDECE, CONSPIRA Y ATACA!

El Anarquismo, su Vigencia y la Solidaridad

El anarquismo en la actualidad es sometido por la dominación a una dura dicotomía. O es una ideología caduca y del pasado, o es criminalizado, perseguido y reprimido.

El anarquismo, lejos de ser esa ideología que la historiografía burguesa explica como agua pasada, es un movimiento vivo y actual. La autoridad y la explotación del ser humano por el ser humano, mantienen sus estructuras hoy como ayer. El discurso anarquista no puede desaparecer mientras exista cualquier forma de dominación.

La idea antiautoritaria brota y se desarrolla en multitud de regiones del planeta: Argentina, Chile, Grecia, España, Bielorrusia, México, Italia… Muy a su pesar, el Estado y toda idea autoritaria, sigue teniendo como enemigo acérrimo a los anarquistas, a pesar de sus carencias y defectos.

Las técnicas de pacificación social que han creado sujetos serviles, apáticos, consumidores y obedientes, no son suficiente para ahogar la idea anarquista. El Estado, aun teniendo sus armas de atomización y control social como son las escuelas, la televisión, las drogas… sigue utilizando la guerra sucia: cárceles, montajes policiales, criminalización mediática, tortura. La pura esencia del Estado: la violencia para mantener el orden establecido.

La Operación Osadía en Italia, que ha dejado un saldo represivo de varios compañeros y compañeras encarcelados; el acoso policial y mediático en España – creación de la figura mediática del “antisistema” como vándalo revienta manifestaciones pacíficas con el fin de aislar, crear opinión y legitimar la acción represiva contra todo discurso y práctica revolucionaria-; los compañeros encarcelados y perseguidos en Grecia, Bielorrusia, Chile –donde la vieja táctica del montaje tuvo su puesta en escena en el “Caso Bombas”- y multitud de infamias en diversos puntos del planeta ejemplifican que la represión burda y llana sigue siendo un arma del Estado.

Haciendo gala de uno de los principios fundamentales del anarquismo, la solidaridad, queremos mostrar apoyo a todas las personas perseguidas por el aparato represivo de los diferentes Estados del mundo. Queremos a nuestros compañeros y compañeras en la calle. La solidaridad es un arma de los anarquistas y no una practica caritativa. Lucharemos de forma activa propagando la llama del ideal libertario, teniendo siempre en mente a nuestros compañeros presos.

La Federación ibérica de Juventudes Libertarias sigue defiendo el anarquismo como idea honesta, justa, humilde y coherente. Seguimos apostando por la construcción de una sociedad basada en los principios de libertad, horizontalidad, igualdad, federalismo, apoyo mutuo y autogestión. Para nosotros estas ideas no son mera teoría, son un medio y un fin. No convertimos estos valores en mero papel mojado, sino que los ponemos en práctica en nuestro día a día.

Contra el Estado y el Capital

Por el derribo de los muros de las prisiones

Por la anarquía

Federación Ibérica de Juventudes Libertarias.

Encuentra las 7 diferencias

Eso era todo: un libro, un folio, unos apuntes y las manos abiertas y alzadas eran el arsenal de armas que exhibieron los miles de ciudadanos, muchos sin hijos ya en edad de estudiar, que acudieron a la manifestación de Valencia para solidarizarse y “proteger” a los estudiantes de las desproporcionadas cargas policiales del lunes. Entre los miles de concentrados, no hubo “terroristas”, ni “pasamontañas”. Ni detenidos. Porque tampoco hubo policía. Una “indignación” generalizada por la “criminalización” de los estudiantes valencianos por parte de la Delegación del Gobierno y la Jefatura Superior de Policía de la Comunidad Valenciana se expandió con fuerza desde todas las esquinas del céntrico instituto público Lluís Vives, epicentro de las protestas. Una concentración que acabó en una marcha por todo el centro de Valencia en la que se pidió la libertad sin cargos de todos los detenidos desde el miércoles pasado: 43 estudiantes, ya liberados, aunque 12 de ellos con cargos. “Libros frente a una policía en retirada”, extraído de la web del periódico burgués “El Pais”. En este texto se narran las manifestaciones en solidaridad con la represión policial que los estudiantes valencianos sufrieron la pasada primavera.

En Agrinio (Grecia), cerca de 350 estudiantes de secundaria organizaron una manifestación en memoria de Alexis Grigoropoulos, asesinado por la policía el 6 de diciembre del 2008. Cuando la marcha antirrepresiva alcanzó el ayuntamiento, lxs jóvenes asaltaron al grupo motorizado de la policía, DIAS, que vigilaba el edificio. Se lanzaron bombas incendiarias y piedras contra la escoria policial aterrorizada, que se escondió detrás de un quiosco. Poco después, lxs estudiantes combatieron contra los policías del grupo OPKE de prevención y supresión de la criminalidad en la zona de Syntrivani (Fuente). Estallaron enfrentamientos cuerpo a cuerpo entre lxs manifestantes y los escuadrones de antidisturbios en la Plaza Dimadi, donde la policía intentó rodear la zona. “Grecia: duros enfrentamientos en la ciudad de Agrinio en recuerdo de Alexis Grigoropoulos.” Extraído de la web de contrainformación ContraInfo-Espiv. En este texto, podemos ver una crónica de la conmemoración solidaria de los estudiantes de la ciudad de Agrinio del asesinato a tiros del joven Alexandros por la policía griega el pasado diciembre de 2008, que desató una revuelta de grandes proporciones en el país heleno.

No pretendemos trasladar el contexto griego al contexto de aquí. Tampoco queremos mitificar la lucha social en Grecia, ni menospreciar la buena voluntad solidaria que los estudiantes mostraron en todo el Estado español con el caso de los estudiantes valencianos.

De la comparación de estos dos ejemplos, queremos cuestionar (o al menos esbozar una crítica) ciertos mecanismos, esquemas y “modus operandi” de la llamada “lucha estudiantil” en el Estado español:

¿No éstas harto de que los estudiantes siempre seamos relegados al papel de víctimas? ¿No éstas cansado de que la prensa burguesa de izquierdas te otorgue el papel de un ser sumiso, pasivo, que sólo recibe los golpes de la policía cuando protesta? ¿De qué tu única arma para defenderte sea mostrar un libro frente a las cámaras? ¿De qué ellos lleven pistola y porra y tú sólo cuentes con “pose intelectual” de inocente estudiante para los medios?

Nosotros sí estamos cansados de que los estudiantes en este país solo recibamos golpes en forma de la mierda de educación que recibimos, por la que encima nos quieren hacer pagar más y más. Estamos hartos de recibir golpes de las porras de los maderos y que nuestra respuesta sea poner la otra mejilla. Estamos hartos de que controlen nuestras vidas (y nuestra protesta) profesores, rectores, policía, sindicatos burócratas, políticos y “líderes estudiantiles”. Estamos hartos de que reduzcan nuestra lucha a defender el sistema de enseñanza “público” que, al igual que el privado, fomenta la competitividad y la autoridad; que moldea a futuros trabajadores-esclavos (o parados) como vulgar mercancía en manos de los empresarios.

¿No éstas harto, como nosotros, de huelgas de un día, que sirven para que las organizaciones políticas de turno salgan en la foto y para nada más? ¿No éstas harto de manis-paseo que son más bien una fiesta de la juventud “alternativilla” que un acto de lucha consciente? ¿No éstas harto de ver a ciertos personajillos hablar de asamblearismo para que luego te digan que tienes que votar –a su partido, a un delegado, a un representante estudiantil (y más tarde a un comité de empresa y aún delegado sindical)- y delegar tu capacidad de decisión y de lucha?

Hacemos un llamamiento al debate, a la reflexión y a la autocrítica. No nos creemos mejores que nadie. Solo damos nuestra opinión sobre aquello que nos parece. Piensa por ti mismo. Por la anarquía.

¡POR LA AUTOORGANIZACIÓN DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL!

¡CONTRA TODA FORMA DE CONTROL SOBRE NUESTRA VIDA Y NUESTRAS LUCHAS!

¿De verdad crees que ellos te protegen?

¿DE VERDAD CREES QUE ELLOS TE PROTEGEN?

Es habitual escuchar, especialmente durante esta oleada de mayor represión, quejas contra la policía. Sinembargo, en la mayoría de los casos, las mismas personas que expresan estas quejas afirman “que los policías en realidad solo cumplen con su trabajo y lo que hay que hacer es cambiar la ley” o que “hay policías buenos y policías malos, y hacen falta más policías buenos” e incluso justifican las actuaciones más represivas “porque es una respuesta comprensible hacia los violentos antisistema de siempre”. Estas fórmulas hacen ilegítimo cualquier acto de autodefensa del pueblo, legitimando, sin embargo, la violencia que ejerce el Estado; de este modo (el Estado) consigue monopolizar la violencia.

La figura del policía es considerada por la mayor parte de la población como necesaria: “si no fuera por ellos ¿quién nos protegería de los asesinos y otros criminales?” (tópico muy común). Poca gente se para a pensar en las causas del crimen. Nosotros pensamos que son esas causas las que tienen que ser abolidas, y eso no podrá hacerlo el Estado, pues es quien conserva e incluso origina esas mismas causas, siendo el Estado y el Capital la principal causa de la desigualdad, produciendo la existencia de las clases sociales. El trabajo de la policía es mantener y aumentar esa desigualdad entre burguesía y la clase trabajadora. Es decir que su trabajo es defender a los ricos y legitimar la injusticia: cuando hay un desahucio la policía va desalojar, cuando unos trabajadores están protestando por los recortes o los despidos en una empresa son los policías quienes protegen al patrón y disfrutan apaleando a los trabajadores insumisos (por supuesto, todo esto financiado por los trabajadores).

Recientemente, hemos conocido la noticia de que el gasto en material antidisturbios ha aumentado bastante pasando de los 173.670€ de 2012 a 3,26 millones en 2013, lo que se traduce en más recortes en educación y sanidad y sobretodo en una mayor represión, no vaya a ser que el pueblo se levante. Hemos asistido recientemente a la construcción de una nueva comisaría en Lacoma, distrito Fuencarral-El Pardo que se calculaba que costaría unos 7.395.000 euros, dinero que nos siguen robando a los trabajadores.

Esto solo son ejemplos de como el Estado nos estafa cada vez más, convirtiendo derechos básicos como la sanidad o la vivienda en privilegios, algo que no podrían conseguir sin la policía y demás cuerpos de seguridad que, como llevamos siglos comprobando, siempre servirán y protegerán al poderoso, pues es ese poderoso quien les ha dado la autoridad. Pero… ¿acaso hay alguien que merezca tener algún tipo de autoridad? y si así fuera ¿sería capaz de no abusar de ella y no utilizarla para su propio beneficio?

“Supón que tú ves a John que golpea y da patadas a Bill cuando este último está en el suelo. Puede ser que ambos te sean extraños, pero si no le tienes miedo a John, le dirás que deje de dar patadas a un sujeto que está tendido.

Pero cuando ves un policía que hace lo mismo a un trabajador te lo pensarás dos veces antes de interferir, porque también te podría golpear a ti y detenerte. El tiene la autoridad.”

Con esta frase de Alexander Berkman queremos extender la reflexión de que para mantener el actual estado de las cosas (explotadores y explotados, opresores y oprimidos etc) el Capital utiliza el miedo, es decir, a la policía y a los distintos cuerpos represores del estado, manipulándonos a través de los medios de comunicación, en la escuela, etc. Pero, realmente, ¿quién debería temer a quién? Nosotros producimos toda la riqueza que los capitalistas acumulan; son ellos los que nos roban, ellos dependen de nosotros .Tenemos la capacidad de paralizar la economía mediante la huelga general indefinida, de acabar con los sindicatos vendidos mediante la acción directa. Tenemos que rebelarnos contra toda autoridad sean policías, guardias, civiles, patrones, políticos o burócratas sindicales: solo así podemos llegar a la verdadera igualdad, que es el comunismo libertario.

FUERA POLICIA DE NUESTROS BARRIOS

CONTRA TODA AUTORIDAD

POR LA ANARQUIA.

Grupo Amanecer, juventudes libertarias de Madrid.

Falsos mitos del anarquismo II: acción directa y autogestión

 

La ideología anarquista ha originado siempre una fuerte controversia entre la clase dominante a lo largo de la historia. Los anarquistas han sido víctimas de ataques de todo tipo, y no solo de la feroz represión con la que se encarceló, asesinó y persiguió a los libertarios, sino que también se realizaron grandes campañas de desprestigio por parte de los Gobiernos, la prensa e incluso otros sectores contestarios. Se les acusó de violentos y asesinos, llegando a ser nombrados como “bandidos con carné” refiriéndose a los miembros del sindicato anarcosindicalista CNT-AIT.

En la actualidad, el anarquismo sigue siendo objeto de erróneas interrpretaciones, asemejándolo al desorden, al caos y a la violencia debido a las calumnias y ataques que por parte de los medios de comunicación, como fieles voceros del Capital, emprenden contra los partidarios de este movimiento.

En el presente escrito, pretendemos explicar a grandes rasgos en qué consiste el ideal anarquista que el pueblo trabajador abrazó en muchas ocasiones a lo largo de la historia, buscando así la consecución de un mundo más justo y libre, donde ninguna injusticia tuviera cabida, desmintiendo así algunas de las principales mentiras con las que se criminaliza a los anarquistas.

El segundo folleto de la serie “Falsos mitos del anarquismo” abordará dos cuestiones fundamentales de la ideología anarquista: la acción directa y la autogestión.

Acción directa

“Cada persona que alguna vez haya planeado hacer alguna cosa, y fue y la hizo, o que haya presentado un plan a los demás y ganado su cooperación para hacerla con ellos, sin tener que dirigirse a autoridades exteriores a pedirles que por favor la hicieran por ellos, ha sido practicante de la acción directa. Todos los experimentos cooperativos son esencialmente, acción directa. Toda persona que alguna vez en su vida haya tenido que resolver una diferencia con otra persona, y se haya dirigido directamente a la otra u otras personas involucradas para resolverla, ya sea de manera pacífica u otra, era un practicante de la acción directa.” -Voltairine de Cleyre

La acción directa es la base de toda acción que se reclame anarquista. Los libertarios, parten del supuesto, de que la acción de lucha, resolver un determinado problema y, en general, toda cuestión o problemática que surja en nuestra vida cotidiana debe ser abordado por los propios implicados. La acción directa es por tanto el ejercicio de la libertad y la responsabilidad de un individuo o un colectivo de personas que deciden solucionar sus propios problemas sin delegar en nadie ajeno al propio conflicto. En contraposición a la acción directa, se encuentra la “acción política” o “mediada”. Esperar que otros solucionen tus problemas (liberados sindicales, parlamentos, políticos, representantes de alumnos, instituciones…) supone renunciar a tus propias capacidades y dejar que otros decidan por ti.

La acción directa suele ser vinculada con grandes disturbios u otras acciones que revistan un alto grado de violencia. Es una interpretación errónea, creada desde el poder para desprestigiar el concepto y al anarquismo. La acción directa puede ser desde realizar un sabotaje en un conflicto sindical hasta solventar una disputa con nuestro vecino a través del diálogo y la comprensión sin recurrir a terceros (policía, jueces, etc.). La acción directa por tanto, hace a quien la emplea un ser responsable y consciente de sus propias capacidades. Engrandece y desarrolla las capacidades de aquellos que la emplean y les hace comprender que no necesitan de guías, líderes o “vanguardias” que marquen como deben actuar o que les solucionen sus problemas. La acción directa es una herramienta de los oprimidos para liberarse del yugo de los opresores a la vez que forja a individuos plenos, responsables y conscientes.

Autogestión

“La autogestión de la que hablan los anarquistas es la autogestión integral, que supone no sólo la toma de posesión de la tierra y los instrumentos de trabajo por parte de la comunidad laboral y la dirección económica y administrativa de la empresa en manos de la asamblea de los trabajadores, sino también la coordinación y, más todavía, la federación de las empresas (industriales, agrarias, de servicio, etc.) entre sí, primero a nivel local, después a nivel regional y nacional y, finalmente, como meta última, a nivel mundial.” – A. Cappelletti

La autogestión es sin duda uno de los pilares básicos de la ideología ácrata. El término ha tenido una gran relevancia no solo entre los medios libertarios, sino que ha sido asumido por muchas otras corrientes de pensamiento ideológicas. Esto ha conllevado que el término “autogestión” haya sido recuperado y vaciado de su significado original. La autogestión implica que sean los trabajadores mismos quienes gestionen la producción y la distribución de todo aquello que la sociedad necesite, que exista la coordinación entre las distintas asambleas de producción, distribución, de barrio, de pueblos, de colectividades, etc, mediante el federalismo o el libre pacto, asegurando así la horizontalidad e igualdad en la toma de decisiones. Es el control absoluto de las necesidades económicas de la sociedad por parte de las personas. La autogestión implica que los trabajadores en su conjunto son los que deciden no ya solo cómo producir, sino también qué producir, guiados por el sentimiento de solidaridad y apoyo mutuo. Por lo tanto, no se trata de “autogestionar las fábricas de la ciudad del capitalismo”. Es decir, sería ridículo autogestionar centrales nucleares, así como todo tipo de producción propia del capitalismo desbocado. Autogestión no es sin embargo, un modelo económico mixto donde los trabajadores de una determinada empresa (de servicios o industria) tienen cierto control que es compartido con los propietarios o con el Estado. Eso a lo sumo es “cogestión”. En este modelo el capitalismo sigue existiendo: la propiedad privada se mantiene (en manos del empresario o del Estado); se sigue produciendo bajo criterios económicos en los que se busca la acumulación, la rentabilidad, competitividad y egoísmo no con el objetivo de producir para las personas, sino en la búsqueda de beneficios; sigue habiendo una retribución asalariada para los trabajadores y en consecuencia, se sigue produciendo el fenómeno del plusvalor (a los trabajadores se les roba parte del valor de lo producido en forma de impuestos o en cualquier caso, no reciben todo el valor de lo producido); se mantienen la estructura clasista (hay trabajadores-productores y empresarios o estados parásitos); y en definitiva, la empresa “cogestionada” está inserta en la sociedad del Capital y el Estado y nunca es completamente ajena a sus normas.

La autogestión es también un criterio que supera la producción económica. Los colectivos, federaciones, grupos, sindicatos… que se declaren anarquistas o anarcosindicalistas, practican ya la autogestión. Es decir, sus integrantes gestionan el colectivo al que pertenecen, libre de interferencias del Estado (subvenciones, imposición de normativas…) Son los propios integrantes del colectivo los que sacan adelante el proyecto y lo financian con las fuerzas a su alcance.

Esto es lo que somos, anarquistas. Somos personas corrientes, trabajadores y estudiantes. Planteamos nuestra alternativa y nuestro análisis desde la humildad, sin manipulaciones de ningún tipo, planteando nuestras principios, tácticas y finalidades en el día a día, procurando vivir lo más acorde posible dentro de la corrupta sociedad capitalista con los valores éticos libertarios. Nuestros medios actúan en concordancia con nuestros fines, intentamos hacer de nuestras aspiraciones una realidad en nuestra vida cotidiana y en nuestra forma de lucha. Por más que se nos persiga, señale y difame no abandonaremos el camino de la lucha ni nuestro ideario y no cesaremos en el empeño hasta la instauración de un régimen de libertad donde no tenga cabida ningún tipo de explotación ni dominación. Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones.

JUVENTUDES LIBERTARIAS DE MADRID – FIJL 

http://juventudeslibertariasmadrid.wordpress.com/ – jjllmadrid@riseup.net

http://www.nodo50.org/juventudeslibertarias/ – fijl@nodo50.org

Acerca del 14 de Noviembre

Convocada una nueva huelga general para el 14 de Noviembre, por CCOO y UGT. Lo que algunos llaman una “Huelga Política”, “una maniobra para minar al gobierno”, “un intento de mantenerse vivos, los cadáveres andantes de los sindicatos”.

Quizá lo triste es que todo eso puede ser cierto. Que la huelga está para tratar de recuperar sus maltrechas bases, estos sindicatos, que se mantienen vivos gracias al propio gobierno que les subvenciona es innegable. Quizá el que el gobierno sea de aquellos que se identifican más fácilmente con “la derecha”, les ayude en ese propósito. Otros sindicatos no tan mayoritarios, intentan ganar su trozo de pastel saliendo en la foto, como la CGT, que traslada su jornada de huelga del 31 de Octubre, y aquellos que intentan imitar a esa CGT, ávida de ser la tercera fuerza sindical, aunque en este panorama, legalmente incluso, tres son multitud. Para nosotros, más de lo mismo. Mismo modelo sindical de los sindicatos “chicos” que el de los “grandes”. Un modelo sindical basado en que los trabajadores (y estudiantes) deleguemos y/o entreguemos nuestra capacidad de acción y responsabilidad en solventar nuestros problemas en profesionales del sindicalismo, o sea, liberados sindicales, comités de empresa…etc. Figuras creadas por el Estado para restar peso, cuando no eliminar completamente, la capacidad de autoorganización y acción directa de los trabajadores. Creemos que el sindicalismo puede ser una herramienta de lucha válida para los trabajadores y estudiantes, siempre que no sea partícipe en las estructuras jerárquicas de poder: liberados y comités de empresa en los curros y consejos escolares y juntas de facultad en escuelas y universidades. Que sean los trabajadores y estudiantes desde la horizontalidad y el asamblearismo los que tomen las riendas de la lucha, es decir, mediante la acción directa. Por eso, os animamos a acudir a la manifestación del sindicato anarcosindicalista CNT-AIT, a las 18:00 en Vallekas, <M> Buenos Aires hasta la Pza. Vieja.

En una época en que los trabajadores, en especial los más jóvenes (asalariados y/o estudiantes), lo estamos pasando realmente mal, y pese a la aparente contestación que ha podido empezar a surgir en las calles, no ha habido ninguna posibilidad, hasta ahora, de cambiar un ápice las cosas, ni siquiera de parar los desmanes que estamos sufriendo de mano de quienes nos intentan gobernar. No hemos podido echar a esos malditos “mercados” de la vida política, ni siquiera las reformas democráticas más mínimas en un tiempo en que la clase política está más desprestigiada que nunca, en que todo el mundo puede identificar la palabra política con corrupción. Pero falta dar un paso. Pese a que cualquiera puede ver que la policía tiene prácticas a todas luces brutales, de la cual, se puede esperar lo peor, la gente sigue levantando las manos como para poner cristianamente la otra mejilla. Una y otra vez ponemos la otra mejilla. Y ya no nos queda cara.

Con una tasa de paro juvenil de más del 50%, y con una de cada cuatro personas que está en paro, sin una salida a esta situación dramática en años, mientras desaparecen los servicios “públicos-estatales” y se encarece el transporte, o sea, que vivimos peor y pagando más. Y lo más parecido a una respuesta real y seria que tenemos es una huelga general el día 14 “para frenar los recortes”, una huelga general de 24 horas que ni siquiera merece el nombre de huelga. Una reacción desproporcionada, cuando con la que está cayendo, con casi nada que perder, salvo el miedo (ya se encargará el banco que quitar la casa a cualquiera que se quede en paro y no pueda pagar la hipoteca, cuando no tengan ni para comer), deberíamos estar mandando a la mierda a los mercados, a la prima de riesgo, a “La Troika”, a los rescates, al gobierno, a los sindicatos que viven de subvenciones, y a todo el que se ponga por delante de cualquier cosa que queramos.

Hace años, cuando las cosas estaban aparentemente mejor, había gente que estábamos ya diciendo que el gobierno es malo, que el poder es sinónimo de corrupción, que el estado y el capitalismo nos exprimen y antes o después nos matan, porque para ellos sólo somos mercancía. Llevamos años diciendo que es necesario que nos organicemos para intentar hacer un mundo mejor, en lugar de poner la otra mejilla. Algunos de nosotros además, queremos decir que es necesario que estemos todos y todas en los piquetes, que incluso un sólo día de descuento en el salario es un mal menor frente a la que nos está cayendo (y lo que se avecina), que el despido el día 15 es tan probable como el despido por otras motivaciones económicas. Que si ganamos fuerza el día 14, el día 15, y el 16, y en adelante podremos pedir más, hasta darle la vuelta a la tortilla, porque no nos engañemos, lo que nos va haciendo falta es una huelga indefinida, de verdad, sin medias tintas, porque la huelga no es un derecho, hoy es una obligación.

Porque nosotros no queremos “revertir” la situación: no nos vale con volver a los años de explotación y sumisión de la etapa “precrisis”. Porque señalamos al Estado y al Capital como enemigos acérrimos de toda forma de vida en libertad, igualdad y solidaridad. Porque mientras exista autoridad, existirá desigualdad entre gobernados y gobernantes; explotadores y explotados. Porque queremos destruir la sociedad de clases, construida por el Estado, el Capital y sus valores. Porque aspiramos a un mundo completamente nuevo. Por la anarquía.

El 14N, no vayas a trabajar ni a estudiar. Piquetes, sabotajes, boicot, solidaridad: sembremos el caos y golpeemos el “orden” de políticos y empresarios que nos arranca la vida cotidianamente. El 14N y todos los días: autoorganización y acción directa.
Por la Huelga Indefinida.

Políticos a la hoguera. Tomas Gómez muérete.

El pasado viernes 26 de octubre, las Juventudes Socialistas de Madrid organizaban un acto sobre la situación de la universidad en la Comunidad de Madrid. En el acto participó, además del Secretario General de las JJ.SS., el Secretario General del PSM-PSOE, Tomás Gómez (antiguo alcalde de Parla y candidato por el partido a las elecciones autonómicas de 2011).

Ya el viernes por la mañana, la facultad de Ciencias de la Información donde se desarrolló el acto aparecía cubierta de pintadas donde se denunciaba la política en tanto que instrumento autoritario y de control social; asimismo, a lo largo de esa misma mañana, aparecieron carteles denunciando las políticas del PSOE en su última legislatura en el gobierno central, incluyendo la aprobación del Plan Bolonia que ha derivado en la situación actual de la Universidad y, en general, condenando a todo tipo de profesional de la política.

Por la tarde, mientras llegaban autobuses al acto de las JJ.SS. con militantes de una edad media de unos 50 años, no muy lejos de allí se repartía el texto ¡Políticosalahoguera!, denunciando nuevamente a la clase política y que os adjuntamos:

¡POLÍTICOS A LA HOGUERA!

El pasado septiembre, algunos compañeros cansados de esta situación que vivimos, aparecían en el acto de inauguración del curso académico en la Universidad Autónoma para denunciar, entre otras muchas cosas, la presencia de Esperanza Aguirre en el acto1. Querían, queríamos, denunciar su presencia no porque sea la responsable de los recortes que esté viviendo ahora la universidad; tampoco porque sea miembro de uno de los partidos que más retrocesos ha supuesto en las victorias conquistadas tras duras luchas por la clase oprimida, no. Querían, como queremos nosotros hoy aquí, denunciar el modelo político y económico que nos ha arrastrado a esta situación de crisis.

Sabemos que en su momento la acción de los compañeros fue repudiada por el gobierno, lo que conllevó una permisividad, cuando no el aplauso, del mundillo progre porque atacábamos a susenemigos. Hoy venimos nosotros a la Universidad Complutense, no a un acto académico en el que vaya a hacer aparición la condesa, pero venimos a denunciar la farsa que acontece en la Academia (institución, por otra parte, despreciable en lo que a sus valores se refiere). Para nosotros, la presencia de Tomás Gómez Franco, a la sazón secretario general del PSM-PSOE, nos parece una tomadura de pelo, cuando no un insulto a la inteligencia. Vemos como el PSOE viene a hablarnos de lo mal que están las cosas en general y en la universidad en particular, sin darse cuenta (o tal vez pensando que somos gilipollas), de que buena parte de la actual crisis en el estado español se debe a la política que han desarrollado a lo largo de sus más de 20 años en el gobierno: desestructuración del sistema productivo (al servicio, eso sí, de las grandes corporaciones capitalistas), legalización de las ETTs (con lo que ello conlleva), abaratamiento del despido con las sucesivas reformas laborales, aumento de la edad de jubilacióny en lo tocante a la universidad, aprobación de la LOU, una ley que Zapatero dijo que iba derogar; una ley que ha supuesto la apertura a un nuevo modelo de financiación universitaria por el que ahora lloramos, al subirnos las tasas por permitir que se destine menos dinero estatal a la universidad para que se busque dicha financiación en las grandes empresas.

Pero insistimos en que para nosotros no es este o aquel partido el problema, tampoco los grandes frente a los pequeños (aspirando estos últimos a tener lo que ya tienen los primeros), no. Para nosotros el problema es la aceptación del delegacionismo en nuestras formas de lucha, es decir, el dejar nuestros problemas en manos ajenas para que los resuelvan otros, en vez de hacer nosotros frente a esa situación. Frente a la acción mediada a través de políticos, delegados de estudiantes o delegados sindicales en comités de empresa o juntas de personal, nosotros proponemos la acción directa y la autoorganización, es decir, la organización en estructuras horizontales, donde nadie tenga mayor capacidad de decisión que nadie, donde la resolución de nuestros problemas la llevemos a cabo entre todos sin nadie que nos dirija, tomando nuestras decisiones en asamblea y enfrentándonos a los causantes sin recurrir a mediadores como los ya citados de la política, el trabajo, o la magistratura con sus abogados y jueces.

Por todo esto, no creemos en formas de lucha reformistas, no creemos en conseguir paulatinas “mejoras” (¿a cambio de qué?), a través de los cauces del sistema, haciéndonos creer que se puede conseguir algo mientras seguimos madrugando por unas migajas cada vez menores que nos ofrecen patronal y Estado, porque ya hemos visto que esos espejismos paralizan la lucha, que queda adormecida y, cuando se intenta despertar, nos mandan a sus policías y nos denuncian a través de su prensa.

Asimismo apostamos, contra el individualismo generado por la sociedad de consumo, por revitalizar los lazos solidarios propios de nuestra clase, a través del apoyo mutuo no sólo en la lucha, si no en nuestro día a día. Avanzando, poco a poco, en la recuperación de nuestras vidas de manos de empresarios, banqueros y políticos, miembros todos de una clase antagonista que, junto con la nuestra, debe pasar a su desaparición en la historia, no porque lo digan los medios de comunicación y demás voceros oficiales del régimen, sino porque realmente no existan explotadores ni explotados, opresores ni oprimidos, porque no exista propiedad de los medios de producción de la riqueza, ni Estado que la defienda.

Por todo esto, como decía Krahe, aunque la guillotina posee el chic de lo francés, dejadnos que prefiramos la hoguera, la hoguera de la revolución que nos permita construir sobre las cenizas del antiguo régimen, una sociedad igualitaria, comunitaria, antiautoritaria, basada de verdad en la fraternidad frente a la competitividad que nos vuelve los unos contra los otros, una sociedad de la que muchos han hablado en la historia: la Anarquía.

¡CONTRA TODA FORMA DE AUTORIDAD!

¡RECUPERA TU VIDA!

1Para más información:

http://juventudeslibertariasmadrid.wordpress.com/2012/09/03/esperanza-muerete-texto-del-grupo-bandera-negra-repartido-en-la-inaguracion-del-curso-de-la-uam/

HUELGA GENERAL: MITO Y ELECTORALISMO VS HERRAMIENTA DE LUCHA Y DE REVOLUCIÓN

La acción directa ejercida por la organización del trabajo tiene en la huelga general su expresión más acusada, es decir, la paralización del trabajo en cada ramo de la producción simultáneamente, para la resistencia organizada del proletariado con todas las consecuencias que de ello se derivan.

Introducción

Rugen ruidos de huelga general a lo ancho y largo del Estado español. Lo curioso resulta, que no son las asambleas obreras en los centro de trabajo quienes calentaban el ambiente. El origen de los rugidos se encontraba en aquellos interlocutores que robaron la voz de los trabajadores y se impusieron como representantes suyos: las burocracias sindicales; amplificado y retransmitido su sonido por los medios de comunicación de masas.

Una nueva representación folclórica de lo que hasta hace no mucho era una muestra de las fuerzas con las que contaba la clase obrera y una de sus herramientas de lucha más poderosas. El objeto de este paro de 24 horas es otra reforma laboral, donde lo importante, no es ni siquiera parar este atentado contra las ya pésimas condiciones de trabajo, sino exigir una negociación entre los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, y el gobierno.

El amplio abanico de grupos de izquierda minoritarios por su parte, intentan arrancar algún trozo del pastel que las dos grandes centrales sindicales acaparan. Allí donde tienen cierta fuerza –canalizada a través de algún nacionalismo periférico- actúan bajo las mismas fórmulas que CCOO y UGT, es decir, el mismo modelo sindical delegacionista y subvencionado, donde son las cúpulas dirigentes las que llaman a los trabajadores a secundar un paro de 24 horas. El resto de grupúsculos marxistoides y/o ciudadanistas convierten la huelga general en un fin, sin pararse a reflexionar ni un minuto, en el para qué, en el cómo y en el sentido de la idea de huelga general. Lo dicho, más de lo mismo, con un discurso más radical, pero siempre bajo las mismas fórmulas continuistas con el modelo imperante.

La huelga general como herramienta de lucha de los trabajadores

El anarquista alemán Rudolf Rocker, explica muy bien en el libro Anarcosindicalismo: teoría y práctica las distintas motivaciones que puede tener una huelga general. Lejos de doctrinarismo sin sentido, creemos que viene a resultar un análisis muy acertado sobre las bases sólidas sobre las que asentar los objetivos de una huelga general.

En un primer lugar, una huelga general podía obedecer a razones solidarias, donde los trabajadores paraban la producción con el fin de apoyar una reivindicación de algún sector obrero. La huelga se inicia por alguna reivindicación que hacen como suya todos los trabajadores independientemente de su ramo de producción o servicio. La clase trabajadora pone en marcha su principal fuerza: la solidaridad.

Una huelga general, puede tener como fin la presión sobre la patronal y el Estado para lograr alguna reivindicación concreta, tomando como ejemplo el caso de la reivindicación de las 8 horas de trabajo semanal. Y por supuesto, una huelga general puede ser una respuesta a un ataque contra la clase trabajadora en forma de ley, despidos, rebaja de jornales…

Sin embargo, la huelga general no solo juega un papel importante en el plano de las reivindicaciones económicas, sino que tiene la capacidad de influir en otros aspectos político-sociales. Puede servir para parar una guerra, como en el caso de la huelga general que Cataluña vivió para frenar la guerra de Marruecos en 1909 (La “Semana trágica”), para derrocar a un gobierno, liberar a unos presos políticos. En definitiva, como principal herramienta para intervenir en la vida social y política del momento histórico en el que la huelga se produce.

Por último, la huelga general, puede suponer el chispazo inicial de una insurrección. Una huelga general puede transformarse en una huelga de carácter revolucionario, y así ha pasado en muchos acontecimientos históricos. En España, tras el levantamiento fascista de 1936 se produjo como respuesta una llamada a dejar los puestos de trabajo y empuñar las armas para acabar con la militarada, derivando en un proceso inconcluso, pero de revolución social al fin y al cabo.

Rasgos comunes de las huelgas generales en la historia.

En todas y en cada una de sus formas, podemos observar como común denominador que dicha convocatoria tiene como principal rasgo el concepto de “indefinida”. Y con indefinida nos queremos referir a que esta se acaba o bien cuando se consiguen los objetivos marcados o bien cuando los trabajadores han sido derrotados. Es la victoria o la derrota. Derrotas parciales quizás, pero nunca una derrota anticipada como vienen siendo las huelgas generales de hoy en día.

En cuanto a su “convocatoria” o su estallido, encontramos una abismal diferencia con cómo sucede en la actualidad. Las huelgas generales no se gestaban en los despachos de los burócratas sindicales, se gestaban en los centros de trabajos, en los tajos. Las asambleas se reproducían en fábricas, campos y talleres, y lo que podía empezar siendo una huelga por el despido de unos compañeros, podía tornarse en un paro general que afectaba a toda la actividad productiva de una región o país, extendiéndose de forma similar al desarrollo de virus letal que afecta a todo un organismo.

Los trabajadores decidían en las asambleas de fábrica, y los Sindicatos eran una herramienta que construían los trabajadores mismos para organizarse más eficazmente. En el anarcosindicalismo, los trabajadores del campo y la ciudad encontraban la síntesis de un proyecto revolucionario con aspiraciones de transformación social y una herramienta de lucha válida para lograr mejores condiciones de vida ante sus carencias y necesidades. O bien no existía, o bien se combatía dentro del propio anarcosindicato cualquier vestigio de dirigentismo, verticalización en la toma de decisiones o burocratización.

La clase obrera era un ente más o menos consciente de su condición, abundaban los vínculos de clase y por supuesto, la experiencia en los militantes obreros se hacía notar en todos los conflictos. Eran tiempos de ofensiva. La represión o los distintos retrocesos lejos de acogotar al movimiento obrero le hacían resurgir con mayor experiencia acumulada. Las huelgas generales solían tener un carácter ofensivo, de conquista.

Los trabajadores eran conscientes de que las urnas y las instituciones eran terrenos de juego hostiles y ajenos a sus intereses. Sabían que eran la base del entramado económico del capitalismo, y era su forma de intervenir en la vida política y social del momento. Este enfrentamiento histórico se iba a saldar con la desastrosa derrota del movimiento obrero y su descomposición como clase.

La huelga “espectáculo”.

La huelga general no existe sino como espectáculo y su organización corre a cargo menos de los aparatos sindicales que de los medios de comunicación. Ellos la convocan, ellos la retransmiten y ellos le ponen punto final apartando las cámaras. Allí sólo caben los actores: los líderes son realistas; los huelguistas, responsables; las autoridades, dialogantes; las peticiones, justas; las consignas, moderadas; los piquetes, informativos, y, por fin, los incontrolados, lamentables.

Tras el conflicto bélico que asoló Europa en la década de los años 40 y el surgimiento de los dos bloques “soviético” y “capitalista” se produjo una profunda transformación social y económica que afectó a todos los ámbitos relacionales de los individuos y de los sujetos colectivos, que aún perdura en nuestros días.

La doctrina económica del keynesianismo creaba una perfecta simbiosis entre Capital y Estado, donde las relaciones entre ambos se acrecentaban hasta convertirse totalmente dependientes el uno del otro. La “sociedad del bienestar” disolvió los vínculos de clase, creando individuos aislados los uno de los otros, los trabajadores pasaron a ser “consumidores”, donde hasta el ocio, el tiempo y otros conceptos abstractos eran mercancía a consumir.

La tradición de lucha y combatividad del movimiento obrero, fue suplantada por gestores del descontento; los Sindicatos oficiales eran interlocutores sobre los que delegar, tenían un papel dentro del propio sistema. Este proceso sufrió un pequeño paréntesis en la década de los años 70, bajo las fórmulas de la autonomía obrera o el resurgir del anarcosindicalismo español, aplacada en la década posterior y prácticamente reducida a la categoría de anécdota tras la caída del bloque soviético.

Sin embargo, siguieron dándose ataques contra los trabajadores en muchas y distintas formas. Algunos eran consentidos y tratados como “victorias” de los Sindicatos oficiales, y la voz disidente, aunque muy digna, era silenciada.

Pero ante situaciones de crisis, paro masivo, y la pérdida del estatus de comodidad de la clase media, los Sindicatos debían (y deben) presentarse a ojos de los trabajadores como una herramienta aún válida que defienda sus intereses. Es entonces cuando se dan distintas representaciones de lo que debería ser un conflicto real. En este texto nos centraremos en el caso de los simulacros de huelga general.

Nada de asambleas en los centros de trabajo. Las huelgas se gestan en los despachos de los dirigentes sindicales. Ellos dicen cuándo a través de los mass media. Hace un par de décadas, los Sindicatos oficiales jugaban un papel clave a la hora de establecer los reajustes económicos que el mercado exigía. Se encargaban de canalizar el descontento social, hacer un paripé con un paro de 24 horas y firmar lo que se les pusiera delante, vendiéndolo como una victoria. Después de la huelga, aquí paz y después gloria. Todo volvía a la normalidad. El saldo represivo lo asumían los incontrolados que intentaban superar el guión oficial, siendo ignorados por los medios de comunicación. La supuesta lucha se paralizaba a ojos de los medios de comunicación. Dejaba de existir. Vuelta a la asquerosa normalidad. Solo pequeños grupos minoritarios procuraban continuar con una lucha perdida antes de comenzar.

Sin embargo, el brutal avance del neoliberalismo implica un reajuste total en la propia estructura de dominación, de la cual los Sindicatos de Estado eran partícipes. Este cambio, afecta a pasos agigantados a los pilares del Estado del Bienestar, y sin lugar a dudas, los Sindicatos oficiales ven peligrar su status. La huelga no es el fin, es el medio para conseguir lo que hasta ahora no hemos logrado: que el Gobierno se siente a negociar decía el

Secretario General de CCOO. No importa ya parar la reforma laboral, lo que importa es restablecer el papel negociador de los Sindicatos. Los Sindicatos oficiales buscan proteger sus intereses y sus cotas de poder, y para ello mueven a su antojo a los trabajadores, con patéticas profesiones y demás parafernalia barata. La convocatoria de huelga de los Sindicatos solo busca recuperar su papel funcional dentro del sistema: control y asfixia del movimiento obrero.

La huelga en sí, en tanto que paralización de la actividad productiva en distintos ramos, ha cambiado con respecto al pasado. Lo importante es la cobertura mediática que esta tenga. Cuentan las cifras de movilización, donde los distintos medios de comunicación dependiendo de la tendencia política que tengan luchan entre sí en la denominada “guerra de cifras”. Las huelgas se hacen para salir en la televisión. Los tertulianos, programas de actualidad y demás espacios televisivos centran un tiempo la atención en el asunto, mediante entrevistas a dirigentes sindicales o patronales, columnas de opinión o debates días antes de la huelga, después se retransmite el suceso donde cada parte desempeña su papel asignado (hacemos referencia a la introducción de este apartado de Miguel Amorós), para que después se haga una valoración por las distintas partes, sindicatos-oposición y patronal-gobierno. La función ha terminado.

La “izquierda” y la lucha… por las migajas

Y es que no tiene otro nombre. Multitud de Sindicatos minoritarios, el 15M, colectivos de distinta índole y en fin, los denominados “movimientos sociales”, fiel a su incapacidad para generar cualquier oposición seria al sistema, continúan con su estrategia de seguidismo a las distintas modas que la “actualidad” impone.

La izquierda extraparlamentaria o como se quiera llamar, ha contribuido a convertir la huelga general en algo vacío de contenido. ¿Qué se pretendía con esta convocatoria, aún si no hubiera sido convocada por CCOO y UGT a nivel estatal? Pura propaganda. Pero en ningún caso una herramienta para tirar la reforma laboral. Propaganda para todos aquellos grupúsculos que a pesar de lo mucho que se empeñen en mostrarnos las diferencias que tienen con CCOO y UGT, avalan su modelo sindical basado en el delegacionismo y el parlamentarismo –elecciones sindicales y comités de empresa- y reciben su parte de papá Estado a través de subvenciones. La huelga para estos grupos tiene como objetivo arañar votos a través de la movilización de los trabajadores, ya sean en el plano de los partidos políticos o en la representación sindical. Los pequeños solo aspiran a ser como los grandes, mismas estrategias, mismos fines: obtener un pedazo del pastel acaparado por PSOE, IU, CCOO y UGT y un planteamiento político-ideológico de reforzamiento del Estado, como garante de los derechos y libertades. Más leña al fuego de la farsa del Estado del Bienestar.

Fieles a la estrategia frentista, bajo la falacia de la “unidad” estos grupos diluyen la ideología revolucionaria vaciando de contenido transformador cualquier método de lucha. La huelga por tanto no es ajena a este “vacío de contenido”. La huelga general se ha convertido en un fin, no en una herramienta de lucha: un fin mediante el cual hacer referencia a la organización de turno, rascar votos para recordarles a los hermanos mayores (CCOO, UGT…) que también quieren su parte en la representatividad de los trabajadores.

¿De qué sirve luchar convocando un solo día de huelga? Y esta pregunta va dirigida a aquellos militantes de buena fe, tanto para dentro del movimiento libertario como para todo aquel que ponga su atención en este texto. En nuestra opinión, solo se consigue un desgaste innecesario de nuestras mermadas fuerzas, a través de un tremendo esfuerzo propagandístico en las calles. Un desgaste que se salda con cientos de detenidos con la

consiguiente espiral de acción-represión al que acabamos encadenados. Y por supuesto un gran “palo” a la moral de la clase trabajadora, que dado la falta de resultados, acaba por no ver la utilidad a la herramienta huelguística.

Que no se nos diga que sirve para “medir” nuestras fuerzas o para mostrar nuestra disconformidad a la clase dirigente. Lo primero, porque ya debemos ser conscientes de que nuestras fuerzas son débiles y existen otros medios para intentar “medirlas” que no ocasionan este desgaste. Lo segundo porque nuestra disconformidad ya ha sido mostrada a la clase dirigente. Multitudes han salido a las calles y de nada ha servido. Y es que es lógico, el Capital y el Estado no van a ceder un ápice en su ofensiva contra los trabajadores a menos que sean frenados por una lucha auténtica, por un conflicto real.

Algunas pinceladas estratégicas para las huelgas del futuro

Del anterior análisis se desprende una pregunta que una y otra vez los anarquistas nos hemos planteado. Partimos de la base de que hacer de esquiroles, aun con todas las dudas y desprecio que estas convocatorias profesionalizadas nos transmiten, no es una opción. ¿Qué hacer entonces para romper el guión de la huelga “oficial”? ¿Cómo incidir para radicalizarla y que a Sindicatos, Gobierno y Patronal se vean desbordados? Sirvan las siguientes líneas para arrojar nuestro punto de vista, acertado o no.

Las huelgas generales siempre tenían como objetivo la paralización simultanea de varios sectores estratégicos. Ahora la lógica viene a decir -en una economía donde el sector servicios es primordial, y donde la deslocalización del proceso productivo hace que la producción industrial y energética se encuentra diseminan por medio mundo- que el éxito de la huelga, recae en el colapso de las ciudades. Para ello, los objetivos deberían estar claros: paralización del transporte y bloqueo de las vías de comunicación. Parar las grandes industrias que aún quedan, así como otros centros de trabajo, tiene un sentido simbólico, pero en una huelga de 24 horas, esto no debería ser una prioridad.

Por otro lado, somos conscientes que cualquier conflicto sindical y cualquier lucha que los trabajadores emprendan por sus derechos es legítima, a pesar de su “parcialidad”. Por lo tanto, otro prioridad nuestra, como anarquistas, debería ser el apoyo de aquellas empresas donde los trabajadores mantienen un conflicto. De esta manera, podemos ayudar, en este día de huelga a dar un impulso de fuerza a los trabajadores en lucha. No deberíamos hacer distinciones en el apoyo a un conflicto sindical por el Sindicato que esté detrás, siempre que nuestro apoyo vaya dirigido a apoyar a los trabajadores, es decir, a los curritos, y no a liberados sindicales, comités de empresa y demás figuras privilegiadas del sindicalismo oficial.

Dadas las fuerzas que tenemos como movimiento, en nuestra opinión, debemos establecer una nueva prioridad. Debemos dejarnos los cuernos por apoyar a los piquetes de los trabajadores en aquellas empresas donde el conflicto se desarrolle desde la acción directa de los propios implicados. Existen multitud de empresas en conflicto donde los trabajadores han optado por potenciar el conflicto sindical desde la acción no mediada y sin intermediarios, llevados a cabo por el Sindicato anarcosindicalista CNT-AIT, lo que resulta para nosotros una prioridad.

Puede haber grandes disturbios en las calles. No vamos a ser nosotros los que condenemos estos brotes de justa rabia ni un método de lucha tan legítimo como cualquier otro. Pero creemos que una parte del movimiento anarquista, cae a veces en una mistificación de esa parte de lucha. Un día de huelga, es un día estupendo para que prenda la llama y se den grandes choques entre los cuerpos represivos y los manifestantes, pero no podemos olvidar que la lucha contra el sistema debe estar presente a día de hoy en

muchas otras facetas de nuestra vida cotidiana. Las acciones en las calles no deben hacerse para luego ver los videos en el youtube o para pegarse un día de disturbios a la griega.

De igual modo, hemos de aprovechar estos momentos de movilización social como un contexto positivo en el que propagar nuestros posicionamientos y nuestras tácticas de lucha, como la acción directa y el apoyo mutuo. Transmitir a los trabajadores al conjunto de los trabajadores la necesidad de autoorganizarse, sin líderes, ni jerarquías desde la base. Y para ello es vital que carguemos contra todos aquellos que quieren instrumentalizar las luchas de los trabajadores para sus fines electoralistas, denunciando el sindicalismo burocrático sea minoritario o mayoritario.

Debemos lograr que los trabajadores tomen conciencia de la fuerza de la huelga como instrumento de lucha. La idea de huelga indefinida hasta parar la reforma laboral y toda la oleada de recortes que se nos ha venido (y nos viene) encima. Y finalmente transmitir la necesidad de superar definitivamente y de una vez por todas el actual régimen socioeconómico basado en la explotación del ser humano por el ser humano y la construcción una sociedad donde ninguna fórmula de dominación tenga cabida, se presente bajo al aspecto que sea.

¡POR LA AUTOORGANIZACIÓN DE LOS TRABAJADORES!

¡POR LA HUELGA GENERAL INDEFINIDA!

¡MUERTE AL ESTADO, A SUS DEFENSORES Y SUS FALSOS OPOSITORES!

¡POR LA ANARQUÍA!

Grupo Bandera Negra – FIJL

Artículo publicado originalmente en El Fuelle nº9: http://www.nodo50.org/juventudeslibertarias/images/pdf/el-fuelle/el-fuelle-9.pdf.pdf

La contrarrevolución en casa

A lo largo de su historia, la sociedad estamental, se había justificado a través de Dios, quien otorgaba el poder al rey y a la nobleza y por otro lado estaba el clero, quien se encargaba de entender y hacer entender los designios del Altísimo.

Es por ello que una de las primeras cosas que hace la burguesía al tomar el poder, es limitar el poder del clero, perseguirlo, por ser éste legitimador de los privilegios del Antiguo Régimen, si bien tardarán poco en que les legitime a ellos también1, restableciendo buena parte de los privilegios del mismo. Es en estos momentos, en que la nobleza y el clero pugnan por mantener su situación de privilegio en la historia, contra una burguesía que quiere hacer valer su superioridad económica, cuando un cuarto agente empieza a nacer en la lucha, el proletariado. Desde principios del s.XIX empieza a agudizarse, fruto de la revolución industrial, la tensión social, la contradicción entre las clases sociales. Es por ello que la burguesía va preparando su propio cuerpo ideológico que frene las ansias emancipadoras de la mayor parte de la población.

En el Estado Español, encontramos en la Constitución de 1812 un fiel reflejo de esta situación que exponemos, a lo largo de sus primeros artículos:

Art. 1. La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios.

Art.4.LaNaciónestáobligadaaconservaryprotegerporleyessabiasyjustaslalibertadcivil,lapropiedadylosdemásderechoslegítimosdetodoslosindividuosquelacomponen.

Art. 7. Todo español está obligado a ser fiel a la Constitución, obedecer las leyes y respetar las autoridades establecidas.

Art.9.EstáasimismoobligadotodoespañoladefenderlaPatriaconlasarmas,cuandoseallamadoporlaley.2

Como vemos, se utiliza la nación,la reunión de todos los españoles, para justificar la obediencia al gobierno, las leyes y, por supuesto, la propiedad, así como defender a la Nación por pertenecer a ella, lo que traducido al lenguaje vulgar, significa que sean los trabajadores quienes defiendan la propiedad burguesa.

Es pues, a lo largo del s.XIX cuando la burguesía va configurando un cuerpo ideológico con la que igualarse al proletariado, eliminando así el antagonismo de clase que se reafirma en el antagonismo nacional, con la diferencia de que ahora la nación pertenece alpueblo soberanoy no a la familia real. Tampoco hay que despreciar, como decíamos anteriormente, el apoyo que posteriormente le brindará la iglesia, pues el séptimo mandamiento no era si no un refuerzo de la propiedad individual. Esta ideología, el nacionalismo, conseguirá gran repercusión a lo largo del s.XIX, llegando a desarrollar el imperialismo colonialista que terminará desembocando en la Gran Guerra.

Por otro lado, habrá un sector de la burguesía que utilice esa misma ideología para imponer sus mayores privilegios económicos, como son los casos de las burguesías catalana y vasca, que buscaban su independencia con el trasfondo real de un mayor desarrollo económico para sí mismos.

Por el contrario, desde sus inicios, el movimiento obrero ha tenido siempre en cuenta que su explotación no es una cuestión aislada, ni es solo suya (lo que hace forjar los vínculos de clase), ni ocurre solo bajo su Estado (lo que hace surgir el internacionalismo proletario). Este internacionalismo se vio puesto a prueba en varias ocasiones y sin duda la más importante fue la Gran Guerra europea (la Primera Guerra Mundial), en que les socialdemócratas se desintegraron, optando cada uno por el apoyo a su país y les anarquistas se dividieron, entre quienes apoyaban a los aliados (la triple entente, formada por Rusia, Francia y Reino Unido), como Kropotkin; y quienes se oponían a la Gran Guerra, como les anarcosindicalistas de la recién creada CNT, que intentó (con gran repercusión), paralizar la industria militar que alimentaba la guerra.

En los años veinte del siglo pasado, ese internacionalismo también se aprecia en la unificación de diversas organizaciones específicas peninsulares o incluso extrapeninsulares, dando como resultado la Federación Anarquista Ibérica y en esa misma línea internacionalista se constituirán las Juventudes Libertarias, también con ese carácter ibérico. Ambas organizaciones, junto con la anarcosindical, participarán en sus respectivas internacionales (IFA, IJA y AIT), reforzando todavía más su carácter internacionalista, al contrario de lo que ocurría en la URSS, dónde Trotsky había perdido la guerra ideológica en el seno del PCUS sobre la necesidad de internacionalizar la revolución, frente alSocialismo en un solo paísdel estalinismo. Conviene tener esto en cuenta cuando, a finales de los 30, durante la Revolución Social/Guerra Civil española, la CNT-AIT esté a punto de ser expulsada de su internacional por su alejamiento de los planteamientos anarquistas y por las ideas que empiezan a surgir en el seno de su Comité Nacional, delanarquismo en un solo país3.

Desde mediados del siglo XX, como bien se recoge en el texto de la CNT-AIT de Irún de 1979,Nacionalismo y Anarquismo4, desde Euskadi empieza a forjarse una nueva forma de entender el nacionalismo en el Estado español5, se intenta ligar el nacionalismo a la cuestión de clase. Así, vasco no será el que consiga demostrar una línea de sangre vasca pura desde hace varias generaciones, vasco pasa a ser el que trabaja en Euskadi, simple y llanamente. Al poco tiempo, empezarán a surgir roces, fruto de las contradicciones entre el nacionalismo y la cuestión de clase, por lo que en el seno de la organización marxista-leninista Euskadi Ta Askatasuna (ETA), se terminarán constatando diversas corrientes, algunas más nacionalistas y otras más de clase, siendo éstas últimas las que irán abandonando la organización, dando lugar, en buena medida, al amplio espectro de organizaciones marxistas de finales de los 60, principios de los 70, como el maoísta MCE o la trotskista LCR, incluso hubo quien, como las Células Rojas, tras escindirse de la organización vasquista, llegaron a tachar a ésta de pequeñoburguesa, precisamente por su postura nacionalista. Es así como, poco a poco, se van consolidando las posturas más nacionalistas, más interclasistas, en el Movimiento Vasco de Liberación Nacional. Esta ruptura se debió, en buena lógica, a la imposición de la ideología nacionalista, interclasista, frente al contenido de clase y es que, acertaron los compañeros de Irún primero y de Bilbao después, al afirmar queEuskal Herria no es marco para la lucha de clases6, refiriendo, como decíamos al principio, que la lucha de clases tiene un marco de actuación internacional, pues internacional es la explotación y la tensión de clases.

También habría que tener cuidado con la relación que tuvo el Movimiento Libertario Ibérico con este movimiento, como fue el caso de la FIJL7, que en su publicación del exilio, Ruta, publicó varios artículos de los primeros miembros de ETA, o el caso de Félix Likiniano, apodado como elcompañero del hacha y la serpiente, por ser él quien diseñó el logotipo de la organización abertzale. Esta situación llegó a concretarse en la organización anarcosindicalista vasca, Askatasuna, que pidió su ingreso en la AIT como sección vasca de la misma, eliminándose, por tanto, la presencia de la CNT española y francesa de las provincias vascas. Tampoco debemos olvidar las actuales manifestaciones deanarco-independentismo, comoEl lado Oscuro de Castilla, sección anarquista de la coordinadora Izquierda Castellana, o el colectivoNegres Tempestesde Catalunya.

Al final, lo que se nos demuestra, por un lado, es que el nacionalismo actúa como elemento integrador, interclasista, limando las diferencias sociales que sustituye por el conflicto entre las diversas naciones, bien por una situación de superioridad, o simplemente por la búsqueda de la materialización del hecho diferencial. Esto lo vemos, por ejemplo, en una apuesta clara, no ya por las elecciones burguesas, si no por alianzas con los elementos progresistas de la burguesía nacionalista, como es el caso de los sectores electoralistas de IzCa, que en 2007 se presentaron a las elecciones autonómicas en Madrid con el partido Tierra Comunera-Partido Nacionalista Castellano, bajo la candidatura Madrid es Castilla, o el caso más actual y de mayor relevancia de la izquierda abertzale, a través de la coalición electoral Bildu, que ha unido en sus filas a la escisión de Izquierda Unida en Euskadi, Alternatiba, con la escisión socialdemócrata del PNV, Eusko Alkartasuna y con otras individualidades abertzales.

Siguiendo el sentido interclasista del nacionalismo, o más bien como máximo exponente de éste, encontramos los movimientos fascistas, representados en el Estado español a través de la Falange Española y de las JONS, de cuyos 27 puntos fundacionales extraemos el siguiente:

7.Ladignidadhumana,laintegridaddelhombreysulibertadsonvaloreseternoseintangibles.Perosóloesdeveraslibrequienformapartedeunanaciónfuerteylibre.Anadieleserálícitousarsulibertadcontralaunión,lafortalezaylalibertaddelaPatria.Unadisciplinarigurosaimpedirátodointentodirigidoaenvenenar,adesuniralosespañolesoamoverloscontraeldestinodelaPatria.8

Dicho esto, hemos de concluir lógicamente que el nacionalismo es enemigo de la lucha de clases, por cuánto supone éste la unidad de las clases sociales, fortaleciendo la explotación de unes poques sobre la inmensa mayoría. Frente a esto, debemos tender al fortalecimiento de nuestras organizaciones internacionales o crearlas si no existen ya, en base a esa explotación capitalista. Debemos tender hacia la unidad del proletariado internacional en las ideas anarquistas.

Grupo Bandera Negra – FIJL

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1Elisee Reclus,Evolución y Revolución. Ediciones Júcar. 1978.

2http://es.wikisource.org/wiki/Constituci%C3%B3n_espa%C3%B1ola_de_1812

3Miquel Amorós, “La revolución traicionada. La verdadera historia de Balius y Los Amigos de Durruti”. Virus Editorial, 2003.

4http://www.nodo50.org/juventudesanarquistas/images/pdf/publicaciones-fija/nacionalismo-anarquismo.pdf

5El textoNacionalismo y Socialismo, de James Connolly, nos demuestra que esas ideas ya existían desde comienzos del s.XX: http://nortedeirlanda.blogspot.com/2010/05/james-connolly-94-aniversario.html

6http://www.nodo50.org/juventudesanarquistas/images/pdf/publicaciones-fija/anarquismo-nacionalismo.pdf

7Salvador Gurucharri y Tomás Salvador,Insurgencia Libertaria. Las Juventudes Libertarias en la lucha contra el franquismo. Virus Editorial. 2010.

8http://nuestrasmentescontralassuyas.blogspot.com/2011/05/27-puntos.html

Escuela, despensa y siete llaves al sepulcro de pestaña

Nuestro Grupo, tras la lectura del texto del compañero, no pudo en su día evitar la necesidad de elaborar una respuesta crítica con el citado artículo. Al final no lo publicamos en ningún sitio por ninguna razón en especial. Sin embargo, algunas cosas dichas en el texto del compañero merecían una respuesta, dada las alusiones a nuestra Organización Juvenil y en general otra serie de aspectos. Tras revisarlo, corregirlo y actualizar algunas cosas, nos animamos a publicarlo, siempre buscando el debate entre las partes, con el fin de fortalecer la formación ideológica de los lectores fundamentada en el intercambio de ideas entre anarquistas. Vamos a ello.

En primer lugar, manifestar que nada más leer el primer párrafo el artículo nos transmitió cierta desconfianza. Desconfianza, basada en comparar la necesidad de revisar ciertas actitudes del anarquismo ibérico con el regeneracionismo burgués de principios de Siglo XX. Ejemplificar la propuesta a transmitir con la misma fórmula aplicada al movimiento anarquista y al contexto actual supone necesariamente aceptar la lógica burguesa de Joaquín Costa, acérrimo enemigo de todo lo que tenga que ver con lo libertario.

A pesar de todo, hemos decidido emplear el mismo título con un pequeño cambio, para hacer referencia al artículo al que pretendemos dar respuesta. Bien, ya metiéndonos en materia, en el primer párrafo del que se habla de las distintas ramas del movimiento libertario y de su poderío en los años treinta, observamos una importante omisión en la tarea de estas organizaciones, en concreto a las FIJL y a la FAI. Aparte del lógico trabajo que a las organizaciones específicas anarquistas les corresponde, que es la difusión del anarquismo a la sociedad y la autoformación de sus integrantes, estas organizaciones tenían otra labor, no menos importante. Hablamos del combate de la influencia reformista y/o marxista en el seno del Movimiento Libertario. Y no estamos hablando de un combate a través de erigirse como vanguardia o controlando las asambleas de la central anarcosindicalista, tal y como los historiadores burgueses o reformistas se empeñan en afirmar. Nos referimos a un combate basado en el ejemplo de integridad y coherencia que los miembros de las organizaciones específicas resultaban para el resto de los compañeros, a la par, de una inmensa obra de difusión anarquista en los ateneos y sindicatos. La FIJL además, desarrollaba un importante papel en la autoformación anarquista entre sus jóvenes miembros, haciendo del aprendizaje en la juventud una tarea colectiva.

En los primeros 30 años del siglo XX, dentro del movimiento libertario se dieron diversas tendencias, que habitualmente chocaban entre sí. Los “posibilistas”, “reformistas” o “sindicalistas” frente a los “anarquistas” o “faistas” (a pesar de que una amplia mayoría de ellos no eran miembros de la FAI). A grandes rasgos, la lucha de las tendencias se centralizaba en la CNT. Unos defendían que esta debía de centrarse en lo meramente sindical, integrarse en los mecanismos del sistema (especialmente durante la República) y en una colaboración con el resto de fuerzas izquierdistas, haciendo de la idea de la revolución una aspiración filosófica y secundaria. Dentro de esta tendencia incluimos a importantes figuras, firmantes del famoso y conocido manifiesto de los 30 con Pestaña a la cabeza. Los otros, consideraban que la lucha sindical era un medio mediante el cual la clase obrera debía fortalecerse a través de la lucha y la acción directa  y su principal objetivo era la culminación de una revolución social libertaria que acabara con el régimen estatal-capistalista.

El tiempo puso a cada uno en su lugar. Angel Pestaña, máximo representante de la facción “posibilista” o “sindicalista” acabó por romper definitivamente con el anarquismo, y formó un partido político, el Partido Sindicalista. Muchos otros firmantes del manifiesto de los 30 fueron importantes actores en la labor contrarrevolucionaria del año 37 realizada por el Gobierno de unidad popular y los distintos comités de las organizaciones libertarias.

Las organizaciones específicas y el resto de anarquistas fueron derrotadas no en el año 39, tal y como dice el texto al que contestamos, sino en el año 37 con la contrarrevolución, fruto del abandono de los postulados anarquistas de importantes miembros del ML y la consiguiente represión a los elementos revolucionarios. La FAI fue copada por aspirantes a políticos y la FIJL, tras resistir a un intento burocratización interna, sufrió la represión y el asesinato de muchos de sus miembros a manos de los estalinistas. El colaboracionismo y la entrada en el Gobierno republicano supusieron la derrota del anarquismo y de la revolución social. El fascismo triunfante solo fue la puntilla.

El texto del compañero Yeray no menciona la etapa del exilio y la clandestinidad, para nada exenta de choques de tendencias y otras turbulencias internas en el seno del ML y pasa de puntillas por la reestructuración de las organizaciones libertarias tras el cambio de régimen. Nos parece un análisis simplista afirmar que, “con todo, sobrevivimos al franquismo. La CNT daba en el 77 un mitin en Montjuic al que acudieron varios centenares de miles de personas. Tras ello, el desastre, la fragmentación y el desmoronamiento del movimiento libertario”, en un texto que pretende analizar las causas de la debilidad del movimiento libertario en la actualidad y los errores cometidos en las últimas décadas.

Convendría señalar, y ahondar en las causas de por qué un ML que parecía resurgir de sus cenizas acabó estrellándose. No vamos a profundizar demasiado en el asunto, pues a nuestro texto no le corresponde. Pero desde luego convendría preguntarse por qué bajo excusas de “actualizar el anarquismo a los tiempos que corren” o “poner los pies en la tierra”(i) una minoría pretendió institucionalizar el Movimiento Libertario, haciéndole partícipe en los mecanismos de integración del sistema (elecciones sindicales, subvenciones…) vuelven a resurgir, nuevamente, en el seno del Movimiento Libertario. Lo dejamos para reflexiones futuras.
Pasamos a continuación, a responder desde nuestro punto de vista, las tres cuestiones que el texto de Yeray aborda:

Escuela

Es cierto lo que comenta el compañero sobre la falta de formación en aspectos básicos del anarquismo entre la militancia del ML, en su más amplio espectro -nos referimos a todo el conjunto de los anarquistas del Estado español más allá de las tres ramas “clásicas” del ML-.
La coherencia entre medios y fines, principal rasgo de la honestidad que ha caracterizado a los anarquistas en el transcurrir de los siglos parece ser tratado ahora como “losa ideológica”. Nos sorprende ver a compañeros que rebajan su discurso, lo adaptan a términos asumibles por la “inculta plebe” y actúan como auténticos políticos. ¿Se debe a esto a falta de formación? ¿Es un desconocimiento que la ideología anarquista no es un disfraz con el que vestirse, sino una realidad aquí y ahora, una ideología pragmática que encuentra su sentido en la inmediata puesta en práctica de sus postulados “Horizontalidad, antiautoristarismo, integridad, antidelegacionismo, antiparlamentarismo, humildad, coherencia”?

Por otro lado, las cuestiones organizativas son las que creemos que más falta y urgencia le hacen al movimiento libertario. Seguimos enfrascados en debates repetitivos en torno al modelo organizativo. Un concepto tan básico como el federalismo, por ejemplo, es en muchas ocasiones completamente desconocido o malinterpretado. Es muy difícil crear así un tejido asociativo fuerte que trascienda de meros contactos informales, con el cual plantear una alternativa seria y fuerte al actual régimen de barbarie. Los proyectos crecen y se desmoronan por doquier, quedando poco o nada de esa experiencia colectiva.

Desde luego, una buena formación en aspectos básicos del anarquismo y su puesta en marcha es necesaria (como decimos, no valen NADA si no son ejecutados desde ya, careciendo de todo sentido). Un buen repaso a los “clásicos” no estaría de más, siempre partiendo de la base, de que los “clásicos” no son gurús a los cuales adorar, sino compañeros que gracias a su capacidad sintética, lograban plasmar en papel diversos aspectos de una ideología como la anarquista emanada de la acción de las masas populares. Igual de importante vemos, la necesidad de formación con respecto a la historia del movimiento anarquista. Los aciertos y errores del pasado de nuestro movimiento deben servirnos como referencia para la construcción de un proyecto de transformación social que no vuelva a tropezar dos veces con la misma piedra.

En cualquier caso, lo que urge, además de conocerlas, es darle vida a las ideas-fuerza anarquistas. Ponerlas en práctica ya y ahora y dejar de preocuparse tanto por las “modas” de los movimientos sociales y estar al arrastre de los vaivenes del batiburrillo de sopas de letras de organizaciones marxistas y/o ciudadanistas.

Con respecto a las críticas que el compañero realiza hacia autores como Rodrigo Mora, no vamos a ahondar, ni en sus facetas criticables ni en sus aspectos positivos. Pero desde luego convendría preguntarse, por qué escritores no anarquistas, como Félix Rodrigo Mora, tienen que ser en la actualidad autores que resalten la importancia de la ética en el movimiento revolucionario.

Sin embargo, sí tenemos un pero a este apartado del artículo del compañero. Es falso que en los últimos 30 años el ML no haya pretendido realizar trabajo de formación a sus militantes. Han existido (y existen) diversos proyectos como centros sociales, ateneos y organizaciones que pretendieron ofrecer espacios de formación colectiva y recíproca. Que los proyectos no lograrán tener la repercusión que deseaban no significa que no se hayan dado.

Sin despreciar los muchos proyectos que hubo, mencionaremos brevemente un proyecto que tuvo mucho que ver con la juventud: la FIJL de los años 90 y principios de la década del 2000. Las juventudes de estos años lograron formalizar un proyecto de formación conjunta para cientos de jóvenes anarquistas, logrando alcanzar un nivel de formación que por el contacto mantenido por nuestra parte con antiguos miembros de las “julis” y la lectura de sus materiales, fue bastante más que satisfactorio. En como acabó, y en que derivó aquello (al igual que tantos otros proyectos) no corresponde a este artículo, que ya se está alargando demasiado. Pero desde luego, convendría profundizar en la interesante historia de estos viejos compañeros y encontraremos una jugosa fuente formativa que ayudaría a entender ciertas cuestiones actuales.

Despensa

Del primer párrafo de este apartado no tenemos nada que objetar. Es a partir de entonces cuando el artículo empieza a decir una serie de, a nuestro entender, despropósitos.

En referencia a las organizaciones del ML y su reconstrucción, el compañero comenta: cometieron un error que, considero, las ha condenado. Y es que el anarquismo español, tras perder a sus bases, quedando solo sus elementos más comprometidos. Intentó reconstruirse desde arria hacia abajo, al contrario de cómo corresponde al federalismo anarquista. ¿Cómo puede reconstruirse una organización anarquista sin estructura jerárquica ni vertical desde arriba? El federalismo anarquista tiene la característica de ser especialmente sencillo y necesitar de pocas complicaciones: un pacto asociativo e individuos interesados en aceptarlo libremente. Así se reconstruyeron en los 70 las organizaciones libertarias y así se reconstruyó el proyecto de las Juventudes hará unos años. Varios grupos de jóvenes sintieron la necesidad de realizar acción propagandística específica anarquista, y decidieron dotarse de las herramientas de acción y de crecimiento que una estructura federalista les podía otorgar. ¿Cómo puede haber rastro de verticalidad en este proceso?
El entramado de una organización federalista anarquista crece acorde sus miembros sienten la necesidad, bien por utilidad o funcionalidad, o bien porque debido al crecimiento, necesitan aumentar su estructura. ¿Es esto una forma organizativa compleja? ¿Es complejo el que varios grupos se junten y decidan dotarse de un pacto asociativo y crear una organización fuerte, que permita ser un referente del anarquismo a la sociedad? Animamos al compañero a indagar sobre cómo nos organizamos federalmente como FIJL, y si esto supone una estructura compleja, kafkiana, enredosa o burocrática.

Dice el compañero que es necesario crear “escuela”. Eso hacemos con nuestra organización, manteniendo contacto que genera debate, que genera a su vez formación, de la que se desprende una acción anarquista en las calles coordinada a nivel estatal, con un referente claro a ojos de la juventud y de la clase trabajadora en general. Crear Organización es necesario para el ML como espacio de formación y almacenamiento de experiencias colectivas de lucha anarquista. El federalismo anarquista es por tanto válido para bases multitudinarias o para un puñado de individuos conscientes. El federalismo anarquista es poner en práctica, aquí y ahora, como decíamos anteriormente, las ideas anarquistas, ponerlas en acción. No vamos a esperar a ser “masas”, lo haremos con las fuerzas que contemos, sean muchas o pocas.

¿Que hay Sindicatos de CNT mantenidos por grupos de la FIJA (ahora FIJL), de la FAI o por otros anarquistas?(ii) Pues eso no lo sabemos, porque somos el Grupo Bandera Negra de la FIJL y no corresponde a nosotros confirmar o desmentir tales afirmaciones. Lo que sí preguntamos es qué hay de extraño, que en una sociedad desmovilizada, sean los compañeros comprometidos ideológicamente los que mantengan los locales de CNT abiertos para los trabajadores, impregnen las calles de su ciudad de propaganda, y tengan un nivel militante que ya quisieran otros organizaciones con subvenciones y liberados. ¿Insinúa acaso el compañero que los anarquistas no queremos crecer en nivel de militancia? ¿O es que el compañero valora más tener 200 afiliados que utilicen el Sindicato como una gestora de servicios, pero luego a la hora de militar se sean apenas 10 personas? CCOO y UGT convocan a centenares de miles y sus sedes atienden a centenares de trabajadores diariamente. ¿Eso es a lo qué aspira el compañero?

Nosotros apostamos por un crecimiento real, con unas bases fuertes ideológicas, desde las cuales crecer con el trabajo constante en el día a día. Bases fuertes para evitar crear un gigante con pies de barro, que acabe derrumbándose como aconteció en la etapa de la transición.
Los conflictos en el movimiento libertario no lo originan sus estructuras (al menos no exclusivamente), sino la lucha ideológica entre distintas tendencias. Esto en sí mismo no es malo, el problema reside cuando esta lucha torna en corruptelas y se acaba convirtiendo en un esperpéntico juego de política al más puro estilo del parlamentarismo burgués. Y que quede claro que no solo nos referimos al ML “clásico” sino que esta crítica es extensible a ciertas actitudes del movimiento anarquista en tierras ibéricas(iii).

Abrir las puertas al futuro suena muy bien. Pero no nos parece un argumento bien construido. ¿Qué concepción de futuro tiene el compañero? ¿Aceptar subvenciones del Estado? ¿Salir a la calle conjuntamente con partidos políticos que solo quieren rédito electoral? ¿Renunciar a la ética y la coherencia entre fines y medios como siempre ha propugnado el anarquismo? ¿Vestir como los modelos de la tele para ser más cool?

Siete llaves al sepulcro de Pestaña

Si el compañero ve necesario “cerrar el sepulcro” de Buenaventura Durruti, por nosotros encantados. Estamos hartos de que muchos miembros del Movimiento Libertario hagan bandera y proselitismo de tiempos y revoluciones pasadas y, ahora, su acción revolucionaria se queda en los butacones de los locales. Hartos estamos de ver como nuestro pasado y nuestros muertos son utilizados y recuperados por anarco-burócratas y/o el propio sistema y sus lacayos (sindicatos, partidos políticos marxistoides o incluso, ¡Jueces!).

Ahora bien, puestos a sellar ataúdes, cerrémoslos todos. Empezando por aquellos que pretenden hacer del anarquismo un movimiento izquierdista, integrado en las estructuras del sistema (o en la ideología del sistema). Si el Pestañismo y el manifiesto de los 30 fue una reacción a la radicalización del movimiento libertario y de sus bases, es hora de que lo enterremos de una vez por todas. Paremos el vacío de contenido ideológico de nuestras luchas. Desterremos de una vez por todas al posibilismo que causó la derrota de la revolución social en el pasado y que ha amenazado con anular el anarquismo como idea revolucionaria. Acabemos con los mitos de la ortodoxia y el reformismo.

Nosotros, como jóvenes anarquistas, no queremos un anarquismo que para dejar de ser “marginal”, renuncie a sus principios y praxis revolucionaria. No queremos un movimiento libertario que sea más de lo mismo. Estamos hartos de oír hablar de acción directa y comprobar como esta se relega acudir a abogados, pleitos y la justicia burguesa en definitiva. Estamos hartos de oír hablar de antiparlamentarismo e ir de la mano de partidos y sindicatos electoralistas. Estamos hartos de oír hablar revolución y encontrarnos que esta ha quedado relegada a una exposición realizada en los salones del espectáculo cultural burgués. Estamos hartos de escuchar a compañeros que hablan de llegar a la gente y de la propaganda como si la concienciación ideológica fuera un producto más de la sociedad de consumo, al que llegar a través de la manipulación, más propio de la publicidad destinada al pasivo consumidor que la propaganda anarquista destinada a individuos con las mismas capacidades humanas que nosotros.

Estamos hartos también,  en tanto jóvenes, de aguantar la tutela de supuestos “compañeros” veteranos en la lucha. Nos asquea el adultismo y el paternalismo que muchos anarquistas, antiautoritarios declarados, estilan con aquellos que somos más jóvenes. El autoritarismo sale a luz de muchas y diversas formas, y a veces somos incapaces de verlo en nosotros mismos.

Estamos hartos de que los principios anarquistas no sean más que puro espectáculo con el que dotarse de un aura de radicalidad vacía de todo contenido real, anulando toda puesta en práctica de los mismos. Porque para nosotros, eso es la muerte del anarquismo. Porque no hay situación, ni momento histórico, ni “crisis” que hagan de la puesta en práctica de los principios anarquistas una tarea secundaria. Nuestra ética, como anarquistas, hace que la mejor propagación del ideal anarquista sea un funcionamiento lo más acorde posible con el mismo.

Es cierto, estamos derrotados y en el suelo. Es hora de hacer autocrítica. Es hora de que, como jóvenes o como no tan jóvenes, nos formemos para luchar contra toda forma de autoridad venga de donde venga. Desterremos la política y la corruptela de nuestras organizaciones. Construyamos un Movimiento Libertario fuerte en sus bases ideológicas, que se convierta en una auténtica amenaza real para el desorden capitalista. Pongamos en práctica los principios anarquistas, y empecemos a dar vida desde el ahora a la sociedad del mañana.

Grupo Bandera Negra, adherido a la FIJL

Notas:

(i) “No pienso aceptar un sindicalismo a tres, CCOO, UGT y CNT, sino un sindicalismo a dos, UGT y CNT, pero para eso, la CNT, debe poner los pies en la tierra y aceptar las elecciones sindicales” Alfonso Guerra (vicepresidente del gobierno 1982-1991) en reunión con José Bondía (Secretario General de CNT-AIT 1979-1983). Este último, unos días antes de la resolución del VI Congreso de CNT-AIT en 1983 con respecto a las elecciones sindicales, suelta un bulo-comunicado a los medios de comunicación afirmando que CNT aceptaba las elecciones sindicales. Bondía acabaría recompensado por su “labor” con distintos cargos oficiales.

(ii) Esperamos que el compañero haya comprobado estas afirmaciones con sus propios ojos y no sea algo de “me lo dijo no sé quién”

(iii) No queremos decir con esto que en todo el ML se den estas repudiables actitudes, claro está.

Publicado originalmente “Regeneración Libertaria”: http://www.regeneracionlibertaria.org

Podéis encontrar el texto al que damos respuestaa través de la web de Regeneración.